Tras la llegada masiva de los animales, quedaban vivos en la playa medio centenar de ejemplares pero finalmente solo seis han podido ser devueltos al mar. El resto ha muerto.
El especialista Jeremy Chick, del Ministerio de Biodiversidad y Conservación del estado de Australia Occidental, había advertido que "la fuerza de los animales, así como el viento y las condiciones meteorológicas" afectarían a los esfuerzos para salvar los ejemplares que habían sobrevivido.
La ballena piloto, llamada también calderón tropical o de aleta corta, mide entre 4 y 5,5 metros, y habita aguas tropicales y subtropicales en grupos de unos cien miembros.
No es la primera vez que un grupo de ballenas piloto queda varado en las playas de Australia por causas que los expertos desconocen con exactitud, pero que vinculan a los estrechos lazos sociales entre este tipo de cetáceo.
Más de 300 ballenas piloto murieron en 1996 en otra llegada masiva a playas de la misma zona.