La técnica de edición genética impulsada por el español Francisco Martínez Mojica habría sido la empleada en la primera modificación de ADN en humanos. Presuntamente obra de un científico chino, algo que el propio Mojica ya vislumbraba en 2017. "Esto va muy rápido y hay gente que lo está usando saltando algunas barreras", señala Mojica.

Habrían usado la técnica de Mojica donde él nunca lo ha hecho: en humanos, en unas gemelas que ya habrían nacido y que, gracias a la manipulación genética no podrían infectarse con el VIH. Una experimentación que, de ser cierta, despierta dudas sobre su legalidad y su ética.

La comunidad científica mundial no conoce los detalles de la ingeniería genética china. El científico He Jiankui no ha publicado su trabajo en ninguna revista especializada de prestigio, tampoco aporta tampoco pruebas y dice ser consciente de lo que está en juego: "Si no es seguro o hay cualquier problema, el campo de la genética se vería arruinado. La gente perdería la confianza en la nueva tecnología".

Los expertos coinciden: es prematuro crear personas modificadas genéticamente. Además de ilegal en la mayor parte del mundo y dinamitar la ética científica, los riesgos multiplican a los supuestos beneficios de la nueva estirpe humana resultante.