HitchBOT, el experimento social en forma de robot que ha recorrido haciendo autostop tres países hasta terminar siendo destruido durante el fin de semana en Filadelfia, Estados Unidos, tiene posibilidades de renacer de acuerdo a sus creadores, dos investigadores canadienses.

HitchBOT, un modesto robot creado en 2014 con despojos de electrodomésticos por los investigadores canadienses David Harris Smith y Frauke Zeller, fue 'asesinado' durante el fin de semana en las calles de Filadelfia mientras esperaba a un buen samaritano para continuar su viaje por carretera en Estados Unidos. Durante la espera, las cámaras de seguridad muestran como un individuo patea repetidamente a HitchBOT hasta destrozarlo.

A pesar de su destrucción, tanto sus creadores como el propio robot, se mostraron optimistas sobre el futuro. En su cuenta de Twitter, HitchBOT anunció: "Vaya, mi cuerpo ha sido dañado pero sigo viviendo con todos mis amigos.

Por su parte, Smith y Zeller dijeron que hay muchas posibilidades de que HitchBOT renazca y no quiso dar por muerto totalmente el experimento, sin cerrar la puerta al renacimiento del robot.

La finalidad de este curioso invento era muy sencilla, según sus palabras: "explorar el mundo y encontrar nuevos amigos en el camino", señaló HitchBOT en su página web. Cuando HitchBOT inició su vida, su creador, declaró que el robot era un experimento para explorar la interacción entre individuos y equipos tecnológicos cada vez más sofisticados y con "personalidad".

HitchBOT era del tamaño de un niño de seis años y contaba con un cuerpo hecho con un cubo, paneles solares para recargar sus baterías y extremidades hechas con cilindros de espuma como los que los niños utilizan en las piscinas para flotar.

En su cabeza, HitchBOT tenía una simple pantalla que podía mostrar un par de ojos y una boca. Estaba programado para entender cuando se le hablaba y mantener una conversación básica. Tenía acceso a Wikipedia y hacía uso de su cámara para colgar imágenes de sus viajes en Twitter e Instagram. Además, estaba anclado a una silla de viaje infantil para hacer fácil que los conductores que lo recogían pudiesen ajustarle el cinturón de seguridad.

HitchBOT esperaba en la carretera con su brazo extendido como todos los autopistas que quieren hacer autostop hasta que alguien se apiadaba de él y lo transportaba un trecho. El conductor lo dejaba en una cuneta de su destino hasta que otra persona acudiera en su búsqueda. Así, el robot recorrió en tres semanas los 6.000 kilómetros que separan la ciudad de Halifax, en la costa del Atlántico, de Victoria, en la costa del Pacífico Canadá.