El vídeo muestra cómo ruge lo que antes era un glaciar, el quejido de Groenlandia, la segunda capa de hielo del planeta. En solo un día se han derretido 11.000 millones de toneladas de hielo que han ido a parar al océano.

Es el mayor derretimiento del verano que afecta casi al 60% de la región y amenaza con batir récords. Las temperaturas sin precedentes y el cambio climático son los principales motivos de este brutal suceso.

La ola de calor que hemos vivido en media Europa ha llegado a Groenlandia y amenaza con reducir su capa de hielo en superficie a mínimos históricos que se alcanzaron en 2012. La ola de calor.

En julio se han perdido más de 160.000 millones de toneladas de hielo en superficie. La ola de calor afecta también al resto del Ártico, aunque en este caso no se espera que se superen los mínimos de concentración de hielo observados también en el año 2012.

Consecuencias del calor: deshielo, incendios y CO2

La OMM prevé que las temperaturas excepcionalmente elevadas aceleren la fusión del manto de hielo de Groenlandia, que ya fue objeto de un episodio generalizado de fusión entre el 11 y el 20 de junio.

Las altas temperaturas también avivaron los incendios forestales en el Ártico, en particular en Groenlandia, Alaska y Siberia. El Organismo Federal Forestal de la Federación de Rusia calcula que, a 29 de julio, los incendios forestales declarados en Siberia habían afectado una superficie de 33 200 kilómetros cuadrados, en la que 745 focos activos habían provocado un daño ecológico de ingentes proporciones, mientras que el humo fue claramente visible desde el espacio.

El servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus, del CEPMPM, estima que, en julio de 2019, las emisiones de CO2 provocadas por los incendios forestales declarados en el círculo polar ártico ascendieron a 75,5047 megatoneladas, un valor comparable a las emisiones anuales por quema de combustibles fósiles en Colombia en 2017.

Esa cifra supone un aumento de más del 100% con respecto a los niveles de julio de 2018 y supera el récord anterior fijado en el mes de junio.

La ola de calor de julio se produjo después de que, en el mes de junio, tuviera lugar otra ola de calor excepcionalmente intensa que se dio en fechas anormalmente tempranas y que marcó nuevos récords de temperatura en Europa. A raíz de ese primer episodio, el mes de junio fue el más cálido jamás registrado en el continente, con una temperatura media 2°C por encima de lo normal, según la OMM.