La misión a Marte 2020 tiene un objetivo cuanto menos prometedor: encontrar indicios de la vida microbiana en el Planeta Rojo. Para ello, el robot Perseverance pasará unos 687 días recorriendo la superficie marciana a la vez que recaba pruebas que serán enviadas de vuelta a la Tierra. Todas estas pistas formarán parte del ambicioso proyecto de la NASA que plantea poner al primer ser humano sobre la superficie de Marte en las próximas décadas, con el consecuente objetivo de crear un asentamiento permanente en el planeta rojo.

Con el foco puesto en estos objetivos se desarrolló el robot Perseverance, que hoy ha sido lanzado en dirección a Marte a las 13:50 horas. El aparato tiene el tamaño de un coche, de unos 3 metros de largo (sin incluir su brazo), 2,7 m de ancho y 2,2 metros de alto. Sin embargo, pesa menos que un automóvil compacto, según señala la página web de la misión, donde se indica que su peso total es de 1.025 kilogramos.

El rover Mars 2020 ha sido diseñado especialmente para poder estudiar una futura misión humana en el planeta rojo, por este motivo, el robot incorpora por primera vez el helicóptero "Ingenuity", una aeronave autónoma que realizará vuelos de prueba.

Perseverance: un robot muy humano

El protagonista de la misión a Marte cuenta con partes parecidas a las de cualquier criatura viviente; como el cerebro, cuerpo, cabeza, ojos, oídos y patas, entre otros. Sin embargo, cada uno de estos elementos cuenta con las cualidades necesarias para estar explorando el Planeta Rojo durante aproximadamente seis años terrestres, con el añadido de que luego tiene que despegar de Marte para volver a la Tierra con la información recabada.

Por este motivo, a diferencia de las personas y la mayoría de animales, el robot cuenta con dos cerebros idénticos que se encuentran en el centro de su cuerpo. Al ser una de las partes más importantes del vehículo, tiene uno de recambio que normalmente está dormido. Sólo se despertará si sucede algún problema y tiene que tomar el control de la misión.

La capacidad de esta parte del cuerpo tiene una memoria especial para controlar el ambiente de radiación extrema que existe en el espacio y en la superficie marciana. Además, al igual que el humano, su cerebro registra los niveles de temperatura y potencia. En este sentido, el robot está creado para comprobar periódicamente la temperatura, especialmente la de su cuerpo, para registrar datos de generación y almacenamiento de energía en un día marciano.

Otro elemento muy importante es su cuerpo. Esta caja electrónica cálida es la encargada de proteger el cerebro y el corazón a través del control de la temperatura. Además, los ingenieros han agregado un "planificador simple" al software de vuelo dentro del cuerpo. Esto permite un uso más efectivo y autónomo de la energía eléctrica y otros recursos móviles.

Además de todo esto, el cuerpo puede abrirse dando paso a una especie de mástil, del que emergen cinco cámaras diferentes. Y, como si se tratara de un humano, el robot también puede oír y escuchar gracias a tres antenas que se ubican en la cubierta posterior:

  • La antena de frecuencia ultraalta transmitirá datos a la Tierra a través de los orbitadores de Marte.
  • La antena de alta ganancia de banda X trasladará los datos directamente desde y hacia la Tierra.
  • La antena de baja ganancia de banda X será la encargada de recibir información. También puede enviarla en todas las direcciones a las antenas de la Red del Espacio Profundo en la Tierra.

Con sus 23 ojos, no perderá detalle

Los ojos de la máquina participan tanto en tareas de ingeniería como en otras de carácter más científico. Ayudar en el aterrizaje o en la recogida de muestras son algunas de ellas. Sin embargo, cada 'ojo' tiene una función diferente, que cumple gracias a su estructura en forma de cámara.

El robot está compuesto por tres grupos de cámaras diferentes. Unas son las encargadas de obtener imágenes de descenso para aterrizaje y poseen micrófonos para documentar la entrada, descenso y aterrizaje con todo detalle. Otro grupo de cámaras son las de ingeniería, que se encargan de llevar a cabo mediciones para una conducción segura y verificar el estado del hardware. Por último, están las cámaras de ciencia, que poseen características muy específicas como zooms muy potentes, la posibilidad de disparar un láser, fluorescencia de rayos X, entre otras.

De qué se alimenta perseverance

Igual que las personas necesitamos hacer tres comidas al día, el robot tiene que alimentarse para que cada una de las partes de su cuerpo lleve a cabo sus correspondientes funciones. El rover Perseverance requiere energía eléctrica para funcionar. Sin ella no puede moverse, ni usar sus instrumentos científicos ni comunicarse con la Tierra.

La forma de obtenerla es a través de su sistema de radioisótopos, que se encarga de producir un flujo incontable de electricidad aprovechando el calor de la desintegración radiactiva del plutonio, como si fuera un combustible.

El encargado de este proceso es el llamado "Generador termoeléctrico de radioisótopos de misión múltiple" o MMRTG para abreviar. El MMRTG convierte el calor de la descomposición radiactiva natural del plutonio en electricidad. Este sistema de energía carga las dos baterías primarias del rover. El calor del MMRTG también se utiliza para mantener las herramientas y los sistemas del vehículo a sus temperaturas de funcionamiento correctas.

Partes del robot made in Spain: MEDA, una antena de alta ganancia y 'Supercam'

En la cubierta y mástil del vehículo se encuentra MEDA, un analizador de dinámica ambiental construido con la ayuda de instituciones españolas como la Universidad de Alcalá o la de Sevilla, según ha explicado el Centro de Astrobiología en un comunicado.

Los sensores de este instrumento estará a cargo de la caracterización ambiental y del polvo en la superficie. En total, MEDA consta de siete sensores para medir la dirección y velocidad del viento, la humedad relativa, la presión atmosférica, la radiación solar ultravioleta, infrarrojo y visible incidentes, las propiedades el polvo en suspensión, la temperatura del suelo y del aire, y además, una cámara para hacer fotos del cielo marciano (incluidas las nubes).

Perseverance contará también con una antena de alta ganancia construida en España. Se trata del mismo tipo de antena (HGAS, High-Gain Antenna System) que va instalado en el rover Curiosity y que lleva funcionando en Marte desde 2012. La antena de alta ganancia permitirá, como se ha explicado anteriormente, la comunicación directa del rover con la Tierra.

En la obtención de imágenes y selección de muestras colaborará 'SuperCam', un instrumento también elaborado en nuestro país por la Universidad de Valladolid.