¿Qué consecuencias tiene para España la fusión de FCA y PSA?

Era un secreto a voces y lo único que faltaba era la confirmación por parte de los implicados. El Grupo PSA y FCA Group han unido fuerzas para crear uno de los grupos automovilísticos más grandes. Una alianza que tiene repercusión en nuestro país porque aunque FCA no dispone de ninguna planta de producción aquí, PSA cuenta con tres: Vigo, Figueruelas (Zaragoza) y Madrid. ¿Cómo les afectará la fusión a los 14.000 empleados que ambos grupos tienen en España? Además de no cerrar ninguna instalación, esta unión parece impulsará y reforzará la producción.

A pesar del equipaje con el que llegan ambas compañías a la fusión en términos de sobreproducción, la competitividad de las fábricas españolas las ha situado en buen lugar. No en vano, PSA está presente en Madrid, Zaragoza y Vigo. Tres factorías que en 2019 le convirtieron en el primer productor de coches de España con 916.820 vehículos de Peugeot, Citroën y Opel. Con semejantes cifras, es lógico que PSA no quiera tocar lo que funciona y, por lo tanto, no parece que estas líneas de producción vayan a convertirse en daños colaterales de la unión. Y hay dos poderosas razones que lo corroboran.

La rentabilidad de Madrid, Zaragoza y Vigo

En primer lugar, la fusión de PSA y FCA supone que la consolidación de las fábricas europeas del nuevo grupo que se ha creado. La primera de ellas aporta 21 plantas de producción, una cifra ligeramente superada por los italianos que cuentan con 23 fábricas en el Viejo Continente. ¿Qué posición ocupan Madrid, Zaragoza y Vigo en este entramado productivo? Tras el recorte de costes aplicado en el pasado, en términos de rentabilidad, estos tres centros están mejor situados que los italianos.

El futuro: los coches eléctricos

La segunda de las razones tiene su fundamente en los coches eléctricos. Tanto la fábrica de Zaragoza como la de Vigo cuentan con dos plataformas multienergía con las que se puede montar en la misma línea y en la misma base un vehículo de gasolina, diésel, híbrido enchufable o eléctrico. Y esto supone una ventaja competitiva.

Por otro lado, una consecuencia evidente de lo anterior parece que será la adjudicación de la producción de nuevos coches eléctricos a estas fábricas españolas. Modelos que se unirían a los que ya se están produciendo: el Opel Corsa, el Peugeot 2008 y el Citroën C4, que está previsto que llegue a la línea de producción de Madrid en el año 2021.

¿Y qué pasa con FCA? Su proceso de electrificación está siendo algo más lento que el del resto de fabricantes (otra razón que impulsaba la reciente fusión), pero en 2020 está prevista la llegada de la versión eléctrica del 500 y del Panda. Al ubicarse en el segmento de los urbanos, estas producciones no afectarán a los modelos que se fabrican en España.

Terminamos hablando de los modelos comerciales. Actualmente, en Vigo, tiene lugar la fabricación de las versiones eléctricas de las furgonetas Peugeot Partner, Citroën Berlingo, Opel Combo y Toyota Proace City. FCA, por su parte, cuenta con la Fiat Doblò en fu oferta… pero no está previsto que tenga una versión eléctrica porque se fabrica en Bursa (Turquía). Allí no existe la infraestructura necesaria para dar forma a la versión electrificada de este vehículo comercial… pero en Vigo sí.