UN CONCEPTO ORIGINAL
Skoda revive un clásico para crear un coche en el que cabe una bicicleta entera de pie y todo el equipaje
Este diseño se sirve de su condición eléctrica y propone una solución de interior singular. Hay guiños exteriores al cupé de los sesenta, pero basándose en un estilo arquitectónico. Pasen y vean...

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Hay algo que no se puede negar, que unifica a toda apreciación posible: las marcas europeas están apostando por diseños de carrocerías limpios a la hora de resolver sus concept cars para el futuro. Lo hemos visto en firmas de lujo como Bentley y Jaguar, y ahora le ha llegado el turno a los checos. La reinterpretación del Skoda 1000 MBX es el despertar de un clásico que no se caracterizó por ser un coche de masas, que, con menos de 1.500 unidades, apenas dejó un puñado en las calles después de sus tres años de comercialización.
Y hablando de limpios, así define la marca del Grupo Volkswagen a los detalles gráficos negros que en este concepto reemplazan a los aplicados en cromado del singular clásico de dos puertas. Detalles gráficos que no pasan desapercibidos ni en la carrocería ni en el habitáculo, donde cuenta su secreto principal. Porque puede que la esencia visual la porte puertas afuera, donde Antti Savio, la mente detrás del diseño exterior, se inspiró para su Skoda 1000 MBX del futuro en la arquitectura brutalista. Ahora bien, es en la zona de pasajeros donde ocurre la magia.
Este Skoda experimental no es un 2+2 cualquiera. No es como el del 1000 MBX clásico de la década de los sesenta ni la configuración plegable de sus asientos traseros es como la de los convencionales, en los que los respaldos se abaten hacia abajo, de forma plana, y así liberar espacio para la carga. Aquí, la solución es más original, si bien parte de la condición de concepto eléctrico.

En lugar de abatir los respaldos hacia delante, este Skoda cuenta con butacas estilo cine que se pliegan hacia arriba como tal, contra la misma estructura que hace las veces de respaldos traseros. Prácticamente como retirar los asientos para ganar volumen de carga cuando no viajan personas en la segunda fila. Y es esa condición de eléctrico la que le permite al coche fusionar los asientos delanteros en un único banco, dado que prescinde de túnel central y en su lugar se beneficia de la plataforma plana.
El acceso no solo indica su lenguaje futurista, sino que confirma sus intenciones de vehículo de ciencia ficción. Y he aquí otra de sus particularidades, porque, a diferencia del cupé al que le rinde tributo, no es técnicamente un dos puertas. En el Skoda 1000 MBX, sus puertas principales –las delanteras– se accionan hacia el frente, pero lo que en el clásico era un panel fijo, en este sucesor espiritual son dos puertas más pequeñas y movibles hacia las ruedas traseras, despejando la zona para facilitar la entrada y, llegado el caso, la carga.
A su manera, producto de este tipo de apertura, le hace un guiño a su antepasado, que carecía de pilar B y generaba una sensación de amplitud. Mención final para la ejecución de la caída del techo hacia la zaga y, sobre todo, de cómo la marca reinterpretó aquel identitario pilar C.
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