Ángulo muerto: cuatro sencillos consejos que te ayudarán a evitarlo

Cuando vamos conduciendo hay un momento en el que pierdes de vista al vehículo que circula por tu derecha o por tu izquierda. Simplemente desaparece en el ángulo muerto de nuestro coche. Los retrovisores tradicionales que no cuentan con ayudas nos muestran una distancia máxima, pero no cubren ese punto. Con el objetivo de reducir las posibilidades de sufrir un impacto lateral, toma nota de estos cuatro sencillos consejos.

Por si hay algún despistado en la sala, el ángulo muerto es esa zona lateral de nuestro coche en la que no tenemos visión a pesar de contar con dos retrovisores laterales y uno interior. Entraña peligro porque si nos cambiamos de carril y no vemos al vehículo que está en ese punto muerto, podemos generar un choque lateral de gravedad.

Las ayudas más actuales

Hoy en día muchos coches nuevos incorporan un sistema que ha contribuido a aumentar la seguridad mientras circulamos. Hablamos del control del ángulo muerto, una herramienta formada por varios dispositivos que nos indican que hay un vehículo en nuestro ángulo muerto. ¿Cómo lo hacen? Iluminando un piloto instalado en el retrovisor o con un aviso sonoro si activamos el intermitente para cambiarnos de carril.

Evidentemente, no todos los vehículos incorporan este útil sistema. Si, además, tenemos en cuenta que la edad del parque automovilístico español está en 12,4 años… la mayoría de los coches que circulan por la carretera no cuentan con esta ayuda. Con el fin de evitar las fatales consecuencias que se pueden derivar de la ausencia de visión en el ángulo muerto, nunca está de más tener en cuenta estos consejos.

1. Utiliza los retrovisores

Puede parecer una orden digna de un profesor de autoescuela que está dando clases a alguien por primera vez, pero una de las fórmulas más útiles de evitar el ángulo muerto es mirar los retrovisores de forma constante. Y más aún si circulamos por la carretera porque solemos ir a más velocidad y las cosas cambian rápidamente.

2. Las ventanillas con precaución

Otra medida eficaz es echar un rápido vistazo por la ventanilla sin perder de vista el escenario que tenemos delante. Recalcamos: rápido.

3. Señaliza tus movimientos

No es una simpleza: tenemos que ‘hablar’ con el resto de los vehículos que circulan a nuestro alrededor. Y la forma de hacerlo es avisar, con tiempo suficiente, de nuestras intenciones. ¿Cómo? Usando los intermitentes para señalizar si vamos a cambiar de carril, por ejemplo. De esta manera, el resto de conductores sabrán lo que vamos a hacer.

4. Coloca (bien) los retrovisores

A medida que acumulamos años de experiencia también cogemos manías que nos hacen cometer errores a la hora de conducir. Uno de ellos es la posición de los espejos de los retrovisores: ver nuestro coche en ellos o dirigirlos hacia el asfalto no es de gran ayuda y reduce la distancia máxima que podemos ver. Por lo tanto, ábrelos y levántalos hasta que la referencia sea mínima: con ver una pequeña parte del final del coche es suficiente.