La Lotería de Navidad, algo tan 'de siempre' y a la vez tan diferente de un año a otro. Mientras que el sorteo dura unas cuatro horas, la preparación para este día dura mucho más tiempo; de hecho, prácticamente cuando se finaliza un sorteo es cuando se empieza a preparar el del año siguiente. No sólo con respecto a los materiales —el recuento y revisión de las bolas, el mantenimiento de los bombos, etc.— sino también, obviamente, con respecto a otros grandes protagonistas de la jornada: las niñas y niños de San Ildefonso, encargados de cantar los números y los premios de este y de muchos otros sorteos.
Este año, por ejemplo, se estrena una nueva directora de la Residencia-Internado de San Ildefonso de Madrid, de donde 'salen' los pequeños que luego irán cantando los premios y los números de las bolas que otros pequeños extraigan de los bombos sobre el escenario del Teatro Real de Madrid. Carmen Jiménez, quien hace unos meses sustituyó a su predecesora en el cargo, Charo Rodríguez, quien antes de ceder el testigo le recomendó vivir este día "desde la ilusión y el disfrute compartido". Eso sí, sus palabras de ánimo no han hecho desaparecer el "nerviosismo" con el que llega Jiménez a este 22 de diciembre. "Aunque el equipo de Lotería de este año cuenta con profesionales que tienen una gran experiencia y esto me da mucha tranquilidad", explica en entrevista a Europa Press. Pero si bien la dirección ha cambiado, lo que no lo hacen son los requisitos que se piden a los menores que cantan la Lotería, no sólo la de Navidad, sino la de multitud de sorteos a lo largo del año.
Requisitos para cantar la Lotería de Navidad
- Tener cumplidos los 8 ó 9 años
- Disponer de una buena voz, clara y con proyección
- Tener un nivel de conocimiento de los números adecuados, para leer con rapidez
- Tener fluidez verbal
- También se valora la capacidad para mantener cierta presencia en el escenario
Jiménez señala que los elegidos "necesitan un nivel de conocimiento de los números adecuado para leerlos con rapidez", así como disponer de "fluidez verbal" y aunque no sea una condición, sí se valora "la capacidad para mantener cierta presencia en el escenario". Para poder prepararse de cara al sorteo, desde el pasado mes de octubre las niñas y niños ensayan una media hora cada dos días, media hora que es lo que se tarda, más o menos, en completar un alambre. En estos ensayos se realizan de manera sucesiva las mismas rutinas que se van a seguir en el sorteo extraordinario.
¿Y si una bola se cae al suelo? También se ensaya
"Durante los ensayos además se les dan pautas para afrontar situaciones imprevistas y se prepara el sorteo desde el disfrute de la actividad, se les anima a confiar en ellos mismos pues están preparados para hacerlo muy bien y a apoyarse en sus compañeros pues es una actividad que se realiza en equipo", manifiesta Carmen Jiménez. "Todos los que participamos somos voluntarios y el único requisito es querer acompañar y preparar a los menores en esta aventura, no sólo del sorteo de Navidad, también en los sorteos ordinarios de los jueves y los sábados que hemos retomado recientemente, tras más de dos años sin realizarlos", precisa la directora.
La directora de la Residencia de San Ildefonso de Madrid detalla que, para cada tabla del sorteo, se conforma un equipo de cuatro niñas y niños, en los que dos participan cantando número o premio y otros dos extrayendo las correspondientes bolas. Como señala Carmen Jiménez, el equipo de lotería del centro está formado este curso por tres educadores, una educadora y la persona que se encarga de la puesta a punto del vestuario de las niñas y los niños, junto con la directora de la Residencia. En total, seis personas.
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Más allá de lo obvio, Jiménez sostiene que el hecho de salir a cantar los números de la Lotería es una actividad que potencia el desarrollo de competencias tanto personales como sociales. "Entre las personales podemos destacar la confianza en uno mismo, manejo de emociones, el compromiso. En relación a las competencias sociales, podemos hablar de comunicación, colaboración y cooperación al desarrollarse la actividad en equipo", especifica.
Es un orgullo ver cómo las niñas y niños despliegan sus habilidades, superan sus límites y ganan confianza
El último gran ensayo de las niñas y niños de San Ildefonso tiene lugar el día 21, la víspera del sorteo, mientras que el "día señalado", a primerísima hora —"bien tempranito", dice Jiménez— se presentan en el Teatro Real, donde disponen de un camerino "amplio" para poder acomodarse. "Y con mucha ilusión se va desarrollando, de la forma más natural, la esperada jornada", asegura. Este será su primer sorteo como responsable de las niñas y los niños de la Residencia, pero Carmen Jiménez revela que ya ha estado en otros dos sorteos durante los años de la pandemia, "como una de las personas que formaba parte del equipo de lotería", por lo que cuenta "con cierta ventaja, al haber participado desde 'el otro lado'".
"El sorteo nos permite disfrutar de un ambiente tan especial como el que se vive ese día. Se impone la ilusión y el orgullo de ver cómo nuestras niñas y niños van desplegando sus en sí mismos y viviendo con gran sentido de equipo y de familia grande. Es como una fiesta que sentimos de manera totalmente compartida, con las familias de las niñas y los niños, con el resto del personal de la Residencia y con quienes ven el sorteo de una manera u otra", relata. En la actualidad, la Residencia Internado San Ildefonso dispone de 60 plazas para niñas y niños de edades comprendidas entre 6 y 14 años. Las familias de las niñas y los niños viven diferentes circunstancias económicas, laborales o socio familiares que hacen necesario un apoyo temporal en la crianza de sus hijos.