El Gordo del Sorteo de la Lotería de Navidad es el premio más deseado del 22 de diciembre. Los agraciados con un décimo del 86.148 obtienen un premio de 400.000 euros por boleto. El Gordo ha caído en las localidades de Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, Santoña y Ayamonte.

Más concretamente ha tocado en las siguientes administraciones: Estación de Atocha (Zona AVE), en Madrid, Centro Comercial El Mirador, en Las Palmas de Gran Canaria, Calle Cervantes 5, en Santoña, Calle Angustias 1, en Ayamonte y Calle Toledo 143, en Madrid.

Este Sorteo Extraordinario reparte un total de 2.408 millones de euros en premios por diferentes lugares de España. Más allá del Gordo, hay otros 12 grandes premios, además de las 1.794 pedreas, que reparten 100 euros por décimo, las aproximaciones y los reintegros. En el Buscador -a la derecha de estas líneas-puedes localizar dónde se ha vendido cualquier número.

Los lugares más agraciados

La localidad donde más veces ha caído el Gordo de Navidad es Madrid, donde el primer premio de este sorteo ha tocado nada menos que 81 veces: la primera vez fue en 1816 y la última en 2020.

Barcelona es la segunda ciudad con más suerte de España: en la Ciudad Condal el Gordo ha caído hasta en 42 ocasiones, mientras que Sevilla es la tercera con 17 premios Gordos.

Las administraciones de Lotería más famosas

En España hay varias administraciones de Lotería famosas por repartir muchos premios del Sorteo de Navidad: la que más suerte reparte es Doña Manolita, ubicada en pleno centro de Madrid en la calle del Carmen, donde año tras año se forman enormes colas para hacerse un décimo.

En Cataluña, una de las más conocidas es La Bruixa d'Or (La Bruja de Oro), ubicada en la localidad de Sort ('suerte', en castellano), mientras que en Valencia la más mítica es Loterías Manises, situada en la localidad del mismo nombre, que ha vendido el Gordo de Navidad hasta en cinco ocasiones.

En Combarro (Pontevedra)

El 57170, la pedrea de la Lotería de Navidad que nunca fue premio: "Lo cantó alto y claro"

En una peluquería de Combarro (Pontevedra), estaban encantados —bueno, encantadas— porque por fin les había tocado algo con un número con el que jugaban siempre la Lotería de Navidad. La alegría les duró muy poco.