La temperatura media mundial aumentó 1,1 grados de media de 1850 a 2019, según la Declaración de la Organización Meteorológica Mundial, un documento que servirá de base para los debates de la Cumbre sobre la Acción Climática que se celebra en Madrid. Y el termómetro no deja de marcar máximos. Para la OMM no hay duda: 2019 estará entre los cinco años más cálidos registrados en la historia.

El objetivo es mantener ese aumento por debajo de 1,5 grados. Todo lo que esté por encima tendrá consecuencias devastadoras, "impactos climáticos destructivos", según se desprende del informe anual del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Las perspectivas no son optimistas. Los científicos alertan de que, si nada cambia, este aumento de temperatura podría ser mayor a final de siglo. "Se habla de hasta 2 o 3 grados. Sabemos que las proyecciones científicas se están quedando cortas, están apareciendo efectos sinérgicos que no se contemplaban", explica Enrique Segovia, director de Conservación de WWF España.

Sube la temperatura y el nivel del mar

Este aumento de la temperatura de la Tierra ha tenido sus consecuencias. La superficie de hielo anual del Ártico y la Antártida se ha reducido drásticamente desde 1979 hasta el momento, según datos del NSIDC y cifras extraídas del Programa del Satélite Meteorológico de Defensa (DMSP).

Así, en el hemisferio norte se han perdido 2.238 millones de kilómetros cuadrados de hielo, mientras que en el hemisferio sur la pérdida asciende a 1.121 millones de kilómetros cuadrados.

Uno de los glaciares que se avistan desde Noruega

Según datos de la ONG WWF, la masa de hielos perpetuos del Ártico se han reducido desde los años 70 en un 14%. Así, todas las especies que viven adaptadas al hielo, como el oso polar, ya están sufriendo el impacto medioambiental en su hábitat.

En 2050, al menos un 5% de los mamíferos originarios de Europa se encontrarán en peligro

De hecho, más del 30% de las especies se podrían perder por no ser capaces de adaptarse a los efectos del cambio climático. En 2050, al menos un 5% de los mamíferos originarios de Europa se encontrarán en peligro.

A día de hoy varias especies de plantas que se encuentran en zonas de montaña, como es el caso de Sierra Nevada (Granada), ya han desaparecido.

El oso polar ya está sufriendo el impacto medioambiental en su hábitat

Sube la temperatura media de la Tierra y también el nivel del mar. Según la OMM, durante el período 2014-2019 la tasa de aumento medio global del nivel del mar fue de 5 mm por año, frente a 4 mm por año durante 2007-2016. Un aumento muy superior a la tasa media de 3,2 mm por año registrada anteriormente, desde 1993.

Y sigue subiendo, el último informe de la IPCC de la ONU estima que el aumento será de entre 24 y 30 centímetros para 2065 y de 40 a 63 centímetros para 2100, en relación al periodo de referencia de 1986-2005.

Pero, ¿por qué sube el nivel del mar? Isabel Zubiaurre, meteoróloga de laSexta, nos responde y no, no es sólo una cuestión de que se estén derritiendo los polos. Más bien es una cuestión de lógica: un líquido caliente ocupa más volumen que un líquido frío.

Los océanos almacenan más del 90% del exceso de calor provocado por el cambio climático. "Esta absorción de la temperatura está provocando la acidificación en los océanos. El PH del océano está cambiando y se vuelve más ácido, lo que provoca diversos problemas en muchas especies marinas", apunta Enrique Segovia, de WWF España.

Además, la subida del nivel del mar podría provocar la desaparición de determinadas zonas de costa como algunas playas en el Cantábrico, zonas bajas costeras, deltas del Ebro, Llobregat, Manga del Mar Menor y costa de Doñana, entre otros. Esel mapa de la España inundable, y sobre él nos alerta Greenpeace en uno de sus informes.

¿Adiós a las cuatro estaciones?

Existen pruebas alarmantes, según la ONU, de que se pueden haber alcanzado o sobrepasado puntos de inflexión que darían lugar a cambios irreversibles en el planeta. Por ello, ecosistemas tan diversos como la selva amazónica y la tundra antártica pueden estar llegando a umbrales de cambio drástico.

El planeta nos está avisando y no deja de rugir. Los fenómenos atmosféricos extremos son cada vez más frecuentes. Según el informe 'United in Science' de la Organización Meteorológica Mundial, 2018 fue especialmente activo, con el mayor número de tormentas tropicales de todos los años en el siglo XXI.

Es el planeta reaccionando con extremos. Pero, ¿cuál es la causa? Recurrimos de nuevo a la explicación de los expertos. "El incremento de la temperatura hace que haya más energía en la atmósfera. Esa energía está produciendo los fenómenos que siempre han existido, pero con mayor recurrencia y virulencia", apunta el director de Conservación de WWF España.

"Algunas estaciones se están acortando, como la primavera y el otoño. Los cultivos están en peligro"

Lejos queda entonces el tiempo en el que las cuatro estaciones del año eran claramente diferenciables en el calendario. "Algunas estaciones se están acortando, como la primavera y el otoño. Los periodos de lluvia de la primavera se están desplazando y eso lo estamos viendo perfectamente. Eso afecta a los cultivos, los cereales de invierno (el trigo, la cebada…) están en absoluto peligro ante la ausencia de lluvia", nos explica Enrique Segovia.

Tierra agrietada debido a la sequía de un lago seco en la Patagonia, Argentina

Vista la situación, ¿cuál es la tendencia a futuro? "El aumento de la temperatura va a provocar una inestabilidad climática. Las nevadas de noviembre son un claro ejemplo, el sistema está mucho más desequilibrado", responde nuestro experto.

Calor y sequías que queman los bosques

Los fenómenos meteorológicos y climáticos inciden sobremanera en los incendios forestales, una lacra que actualmente se repite continuamente y que los episodios de sequía agrava aún más.

Según la OMM, los incendios forestalescausantes de las tres mayores pérdidas económicas de las que se tiene registro en la historia han ocurrido durante los últimos cuatro años.

En muchos casos los incendios liberan grandes cantidades de CO2 en la atmósfera. A mediados de 2019 se produjeron incendios forestales sin precedentes en el Ártico. Sólo en el mes de junio esos incendios emitieron 50 megatoneladas (Mt) de CO2 en la atmósfera. Este valor supera la cantidad de CO2 que liberaron todos los incendios que se produjeron en la región ártica durante el mismo mes de 2010 a 2018.

Una cuestión de salud

No se trata entonces de si hace más o menos calor. Se trata de situaciones climáticas extremas que también tienen su reflejo en nuestra salud. Entre 2000 y 2016 el número de personas expuestas a las olas de calor han aumentado en alrededor de 125 millones, según cifra la OMS.

Olas de calor que cada vez son más tempranas e intensas. "Una ola de calor tan intensa se está produciendo al menos 10 veces más frecuentemente hoy que hace un siglo", asegura un estudio publicado por científicos en World Weather Attribution y citado por la OMM.

Nuestra salud podría verse amenazada por el aumento de la malaria y la desnutrición

Además, y según la OMS, la salud de millones de personas podría verse amenazada por el aumento de la malaria, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua.

Actualmente, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la contaminación del aire causa más de 400.000 muertes prematuras cada año en Europa.

Por su parte, el Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, ya advierte de que España, por su situación geográfica y características socioeconómicas, es muy vulnerable al cambio climático. "España ya está siendo vulnerable. En la zona mediterránea el incremento de la temperatura es mayor que la media global, puede estar por encima de 1,5 grados. Las sequías serán cada vez más virulentas y el sector de la industria agropecuaria se verá afectada", añaden desde WWF España.

¿Es nuestra culpa?

Sí, somos responsables, la principal amenaza para nuestro entorno y para nuestra propia supervivencia como especie. "El clima cambia periódicamente, pero el ser humano está acelerando la destrucción. Se ha comprobado, se está monitorizando", apunta Enrique Segovia, que no tiene duda de que "la acción humana sobre el clima ha sido directa, clara, medible y visible en un periodo corto de tiempo".

"La próxima década es clave, LA OPORTUNIDAD del planeta para salvarse", apunta WWF España

Sin embargo, y en su opinión, aún se pueden detener los efectos del cambio climático y establece dos vías claves para conseguir este objetivo: "Hay que dejar de emitir y quemar combustibles fósiles y restaurar la naturaleza". "La restauración de la naturaleza conlleva también cambios sustanciales en nuestra forma de relacionarnos con ella. Tenemos que dejar de sobreexplotar el agua y deforestar las zonas tropicales", añade durante una conversación de lo más reveladora.

Según el director de Conservación de WWF España, y en base a los datos científicos, estamos a tiempo de reconducir la situación. "La próxima década (2020-2030) es clave, es LA OPORTUNIDAD del planeta para salvarse, para entrar en una dinámica completamente distinta. De lo contrario nos espera un futuro muy incierto", sentencia Segovia.

Ponemos la vista en el horizonte

laSexta ha visitado aJaime y Antonio, dos de las personas que viven en Trabensol, un centro social de convivencia para mayores situado en Torremocha de Jarama, Madrid. Charlamos con ellos sobre la situación de emergencia climática y la acción directa del ser humano en este escenario.

Jaime Moreno tiene 83 años y camino recorrido. Su trabajo como periodista, NO-DO incluido, y los reportajes que realizó por el mundo le han hecho "ver mucho". Por eso, no se le quiebra la voz cuando afirma: "Nosotros mismos estamos haciendo polvo el planeta, lo estamos deteriorando".

Jaime Moreno recibe a laSexta en el centro social de convivencia Trabensol

Antonio Zugasti tiene tres años más que Jaime. Trabajó durante 20 años en el taller de motores de Iberia y ahora, jubilado desde hace más de 27, sigue siendo una fuente de sabiduría. Recuerda que ya en los años 70 un informe de tres profesores del MIT hablaba de la insostenibilidad de nuestra forma de vida.

Les preguntamos a ambos sobre la próxima Cumbre del Clima que se celebra en Madrid. Si Jaime fuese uno de los invitados lo tiene claro: "hablaría con los expertos sobre la importancia de la escuela, es fundamental". "Se trata de enseñar y comprender que se puede vivir de otra manera consumiendo menos. Eso no se transmite por los genes, lo tienes que enseñar", nos explica sin dejar de mover las manos por encima de la mesa.

"Las empresas piensan que el problema ecológico se va a paliar con adelantos tecnológicos, pero estos no paliaran nada mientras no cambie la cultura", añade Antonio. Y no le falta razón. Las próximas decisiones que tomemos respecto al planeta serán visibles en los próximos milenios.

Antonio trabajó durante 20 años en el taller de motores de Iberia

De hecho, según nos aclaran desde WWF España, "si ahora se redujeran drásticamente las emisiones, el planeta aún necesitaría unas décadas para estabilizarse".

Enrique Segovia se muestra rotundo: "Tenemos el conocimiento de lo que está pasando, de lo que hay que hacer, tenemos las herramientas para hacerlo y los recursos financieros. Las empresas no tienen más remedio que reaccionar. Esta es la COP para pedir pasos adelante y un mayor esfuerzo, para establecer los cimientos y salir del atolladero". ¿Lo conseguiremos? TODO está en nuestra mano.