No hay producto más placentero en la historia de la alimentación que el chocolate. Y no hay tampoco otro producto que tradicionalmente haya sido tan denostado como él. Adictivo, capaz de generar acné entre los jóvenes y de hacernos engordar. Hasta ahora, había sido un alimento prohibido en cualquier dieta o alimentación saludable. Pero en los últimos tiempos parece que vive un resurgir de sus cenizas.

Saciante, antioxidante y otros beneficios, no siempre suficientemente demostrados, se le han atribuido en los últimos años al chocolate. Incluso no sólo lo vemos en dietas y planteamientos dietéticos, si no que los grandes gurús mediáticos de la alimentación nos recomiendan su consumo diario. ¡DIARIO NI MÁS NI MENOS!

¿Dónde está el truco? No todos los chocolates valen. Solo aquellos que son negros y tienen un 70% o más de cacao en su composición. No todo iba a ser dulce, nunca mejor dicho. Lo que los nutricionistas llaman, chocolate de verdad, rico en cacao. Porque es ahí donde están los beneficios, en la semilla de cacao.

¿Y el resto? Con leche, blanco, con frutos secos o "falsos chocolates negros". Todos ellos en su composición las cantidades de cacao son simbólicas. Casi insignificantes. Dicho en otras palabras: la gran mayoría de los chocolates que nos venden en los supermercados son ultraprocesados. Pero no te preocupes, que en este vídeo te enseñamos a diferenciar lo buenos chocolates, de aquellos que es mejor evitar.