Mientras el PP y Ciudadanos estudian pactos para gobernar con VOX tras las elecciones, mientras ya lo hacen en Andalucía y la Junta entrega al partido de ultraderecha los datos de colegiación de los trabajadores de violencia de género y mientras los más reaccionarios proclaman su panfleto antifeminista a diestro y siniestro en pleno 2019, una mujer se suicidó en Madrid tras difundirse un vídeo sexual suyo entre sus compañeros de empresa.

Días después un torero orgulloso de proclamar su apoyo al partido de Santiago Abascal declaró en un programa de televisión matutino : "No es de hombres hacer viral un vídeo así, pero los hombres no somos capaces de tener un vídeo así y no enseñarlo. A todas las niñas y mujeres, por favor, que no manden vídeos de este tipo". Dichas palabras provocaron una contundente indignación en las redes que con hagstags como #Yonoloharía o #NoEnMiNombre fiscalizaban las palabras de Rivera. Hasta Buenafuente le contestó desde su late Night: "Fran Rivera dices estas cosas cuando las luces las tienes en el traje".

Bien, todo esto está muy bien, ya sabemos que no todos los hombres se comportan como auténticas alimañas, ya salió el NOT ALL MEN, por supuesto y una vez más el foco de lo que realmente importa aquí ha cambiado. Está bien, tú no lo harías, pero ¿y qué me dices, hombre sensibilizado, de la segunda parte del mensaje, en el que este terrible ser humano responsabiliza a las mujeres de las actitudes de los hombres? Sobre esto has protestado poco, francamente.

¿Quizá no te apela? Claro, esto requiere un replanteamiento de tal calibre…. sistémico, cultural, educacional, vital…. que ya sí eso, otro día. Muchos -incluidos algunos indignados con Fran Rivera- tienen que hacer tal instropección, tal autoanálisis para cambiar el modo en el que viven, se relacionan etc… que igual les estalla la cabeza. Pero ese es el quid de la cuestión, lo sabemos muchas. Ahí está la clave. Por ejemplo y para empezar, dejad de insistir en que la víctima era madre. Verónica, como todos, tendría muchísimas dimensiones como ser humano, como mujer. Ser madre era una de ellas, pero no la única. Ser madre no la define en su totalidad. Ser madre no le da gravedad a este asunto o le da status como mujer. Insistir en esto es machista, aunque no compartas lo que ha dicho Fran Rivera.

Aquí lo que importa es la misoginia intrínseca, la flagrante violencia hacia la mujer, tan normalizada que a veces no la ven aunque provoque daños irreparables. Partiendo de la (obvia y lacerante) premisa que vivimos aún en una asimetría absoluta entre mujeres y hombres, que esa estructura no se termina de reformular, y que parte de las enmiendas conseguidas no son más que maquillaje que limpian una fachada tras cuya pintura quedan hondas y profundas humedades, exhibir un vídeo sexual, no repercute de la misma manera en un hombre que en una mujer. Porno de venganza lo llaman, por algo será. Todo esto ya lo sabemos, pero lo volvemos a decir, total, nada cambia, seguimos igual. Es agotador y frustrante luchar contra todo esto, contra toda una pirámide de violencia machista, desde los comportamientos más sutiles hasta el horror más absoluto. Pero lo repetiremos una y otra vez.

Me imagino la humillación, la falta de control de la víctima, la exposición, las burlas, las miradas, los susurros a su alrededor, el señalamiento, la indefensión, la vergüenza, la rabia, todo el horror que ella construyó en su cabeza consecuencia de su angustia, su vulnerabilidad, su desesperanza, su tranquilidad arrasada, su soledad.

Lo terrible es que somos conscientes de que todo esto va a continuar, aunque muchos hombres se revuelvan contra las declaraciones de Fran Rivera. Qué paradoja porque mientras unos se indignaban, el vídeo sexual difundido de Verónica es lo más buscado en las páginas porno. No cabe más humillación. Va a continuar. Pero no estamos solas. En serio, el movimiento feminista está ahí para nosotras, ayudémonos y como dice la periodista Diana López: que el miedo cambie de bando.

Termino recordando una declaración de la escritora y activista Vivian Gornick en una entrevista que le hicieron aquí en España en El Cultural: "La igualdad entre hombres y mujeres, que ahora se aviva de nuevo, ya se ha convertido en la revolución más larga de la historia humana. Ni nuestra generación ni los jóvenes de hoy vamos a ver nunca el final de esta lucha". Así que juntas, mejor.