La frase de Íñigo Errejón más relevante no fue la del núcleo irradiador que llegó a estampar camisetas, demasiado compleja y abigarrada, sino una más simple y comprensible: "Lo que no hay que ser en esta vida es tonto, eso es importante". Estaba dirigida a Ignacio Aguado, uno de los prohombres más insignes en esas lides, pero puede servir para lamentar una actitud política que se está extendiendo y que ha alcanzado al gobierno en sus dos ramas de la coalición al referirse a la problemática del precio de la luz.

Ser tonto en política en un pecado mortal, más cuando se trata de uno de los problemas más importantes a los que se está enfrentando este gobierno si nos referimos a su propia supervivencia. El coste de la luz para las familias, autónomos y pequeñas empresas es un asunto que se puede llevar por delante a esta administración porque afecta de manera concreta y visible al bienestar de la ciudadanía. No es algo que se pueda ocultar con maniobras políticas porque llega cada mes de manera sistemática a la cuenta corriente de cada persona. Recordemos que no ser tonto es muy importante.

La medida estrella de Teresa Ribera para asegurar que la luz baje es pedir "empatía social" a las eléctricas ante el drama social que se avecina con la subida de hasta un 25% del precio hasta final de año. Sabe que la luz subirá de esa manera y se le ocurre pedir empatía a unas corporaciones que solo se ocupan de generar beneficios y que han vaciado los pantanos dejando sin agua a varias poblaciones para aumentar su margen de ganancia. Su inoperancia e impotencia queda patente, pero además es importante no dejar constancia de su inocencia a ojos de la ciudadanía. Recuerde, señora Ribera, que es importante en política no ser tonto, y pedir empatía social a las empresas eléctricas siendo ministra es posiblemente una de las maneras más evidentes de evidenciarlo.

La cobardía y el complejo del PSOE a la hora de enfrentarse a las grandes eléctricas se entiende desde la composición histórica de los consejos de administración de las empresas de energía. El PSOE preferiría perder el gobierno antes que perturbar la lógica del funcionamiento del libre mercado, no fueran a llamarle marxista, como hizo la CEOE con Yolanda Díaz, y crepitara Suresnes. Por eso no atiende los requerimientos de Unidas Podemos para intervenir el mercado con un precio máximo y para la creación de una empresa pública que gestione las concesiones de hidroeléctricas que pronto empezarán a recuperarse. Pero eso no puede hacer que Unidas Podemos olvide la máxima de Errejón y caiga en la "doctrina Aguado". Llamar a la movilización a la ciudadanía desde el gobierno contra el gobierno por el precio de la luz es otra muestra de idiocia. Ya solo pido que no se muestren en público de manera tan descarnada, que es violento de ver.

Lo público. Esa es la única salvación para este gobierno, España ha alcanzado al 70% de la población vacunada antes de que termine el verano gracias a un sector público armado a pesar de lo vapuleado por las administraciones que lo maltratan. Si este gobierno no entiende que la única salida al coste de la luz es abandonar los dogmas del mercado y dejarlo en manos de lo público será tan tonto que no merecerá salvarse.