Los debates políticos sobre la pandemia se han convertido en el mayor absurdo de toda la crisis mucho más que las propias medidas tomadas. Solo en España somos capaces de gastar tiempo y recursos en debates que sirven como trampantojo para eludir los verdaderos problemas a afrontar para que la crisis sea lo menos lesiva posible en cuanto a víctimas y afectación del tejido económico. El último de esos debates ridículos es el que se refiere al término allegados para intentar explicar quién puede viajar en Navidad para celebrar fiestas y condumios.

El resto de países de Europa están tomando medidas de restricciones conscientes de que la Navidad es la tormenta perfecta para que el virus se expanda y provoque una tercera ola que deje a las otras dos en una broma. Pero nosotros estamos en salvar la Navidad y en si mi mejor amigo, aquel que llevo sin ver un año y pasará la Navidad solo es mi allegado. Pero puestos a entrar en debates estrafalarios intentemos comprender si es preceptivo usar el término allegado o familiar con el caso del rey ahora que quiere volver a casa por Navidad.

El Borbón fugado acaba de devolver a los españoles 678.393,72 euros de los millones que nos debe, un regalo de ese porte merece que los cortesanos le devuelvan el favor declarándole allegado. Es más factible que Juan Carlos I consiga el salvoconducto para volver de Emiratos Árabes Unidos para cenar con allegados que con familiares. Los precedentes no son nada halagüeños. Su hijo le echó de España después de que se publicara en prensa lo que Felipe VI ya sabía de forma privada, que el Emérito guardaba millones de euros en las Fundaciones Zagatka y Lucum. La reina Letizia no le va a acoger en Zarzuela con cariño. Eso está más claro que el fraude fiscal. En cuanto a la reina Emérita, es posible que trague, lleva años haciéndolo, pero una vez que se le ha quitado de en medio cuesta creer que estará contenta siendo la familiar que le dé el permiso para viajar como familiar. Corinna era su allegada, todos lo tenían claro en el gobierno dejándola ir en los aviones durante los viajes oficiales. Pero ya han dejado de serlo. Aunque conociendo al Emérito es más factible que tenga otra allegada que le permita lograr el salvoconducto a España. Definitivamente hay casos notorios en los que ser allegado te permita viajar mientras que tus familiares no te dejen. ¿Se hará PCR el Borbón para volver?

Vuelta a los más profano, a la lucha contra el virus, el otro virus con corona. En la vida plebeya el gobierno nos tendrá permitido reunirnos en Nochebuena con padres y abuelos, en Navidad con primos y tíos, en Nochevieja con la familia de tu pareja y en Reyes tomarte unos churros con los amigos. Lo hagas o no, estará permitido que veas a cincuenta personas de comilona en comilona. Pero eso sí, viajar por ahí tú solo, no.A no ser que seas un Borbón. Nada de huir de apretones de moflete y turrones con guirnalda. La paradoja es tan espantosa que estará prohibido viajar para pasar la Navidad solo frente al mar bebiendo como si fueras Bukowsky en un hostal decrépito solo con tu miseria para dar a este 2020 la despedida que se merece. Deprimente, solitaria y profiláctica. Pero libre de coronavirus, regalos y cenas molestas.

Necesito ser mi propio allegado y poder argumentar ante la pareja de la Guardia Civil que me pare el onanismo como salvoconducto para poder huir de las aglomeraciones familiares mortales en las cenas de navidad. Lo suplico. Déjenme ser mi propio allegado y pasar un fin de año de bourbon malo y lorazepam, pero libre de contagios. No me obliguen a vivir el espíritu navideño, quiero sobrevivir. Este año sí que es de vida o muerte.