¿Sospechas que eres intolerante a la lactosa? No estás solo. Muchas personas experimentan síntomas como dolor abdominal, hinchazón, gases y diarrea después de consumir productos lácteos. En todo el mundo, la intolerancia a la lactosa afecta a aproximadamente un 25% en Europa, según un estudio, que especifica que la intolerancia a la lactosa es particularmente común entre los afroestadounidenses, los judíos askenazis, los latinos y los indígenas estadounidenses y llega a afectar al 80% o más de la población en algunos de esos grupos.

Si crees que puedes ser intolerante a la lactosa, hay varias pruebas que puedes hacer para confirmarlo. Sigue leyendo para saber qué puedes hacer para saber si tienes esta intolerancia y cómo afrontarlo para cuidar tu salud.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa es una afección común que se manifiesta por la incapacidad del organismo para digerir de manera eficiente la lactosa, el azúcar predominante en la leche y sus derivados. Entre los síntomas que se suelen presentar están la diarrea, los gases y la hinchazón, que aunque no suelen conllevar a complicaciones serias, pueden resultar bastante incómodos.

Las personas con niveles bajos de lactasa pueden tener cierta capacidad para procesar los productos lácteos, pero cuando la cantidad de esta enzima es insuficiente, se produce la intolerancia a la lactosa, resultando en la aparición de los síntomas mencionados después de la ingesta de productos lácteos.

La lactosa no digerida pasa al colon, donde las bacterias descomponen la lactosa y producen ácido láctico y otros gases que pueden causar también otros síntomas como náuseas y dolor abdominal.

Es importante destacar que a pesar de los desafíos que puede presentar la intolerancia a la lactosa, la mayoría de las personas que la padecen pueden llevar una vida relativamente normal y sin la necesidad de eliminar por completo los lácteos de su alimentación. Con un manejo adecuado de la afección y un conocimiento claro de qué alimentos pueden provocar síntomas, se puede vivir una vida satisfactoria incluso con intolerancia a la lactosa.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa puede causar varios síntomas. Estos pueden aparecer pocas horas después de consumir leche o productos lácteos u otros alimentos con lactosa. Los síntomas pueden ser leves o graves, aunque sin llegar a ser como los de la alergia a la lactosa, como veremos más adelante.

Señales de intolerancia a la lactosa

  • 1) Dolor de estómago e hinchazón
  • 2) Diarrea
  • 3) Gases
  • 4) Posible estreñimiento

¿Cómo sé si soy intolerante a la lactosa?

Si crees que puedes ser intolerante a la lactosa, hay varias pruebas que puedes hacer para confirmarlo.

Pruebas de intolerancia a la lactosa

1.Prueba de hidrógeno en el aliento: esta prueba es la más utilizada. Mide la cantidad de hidrógeno presente en el aliento después de beber una solución de lactosa. Si el cuerpo no puede descomponer la lactosa, se produce hidrógeno y otros gases que se pueden medir en el aliento.

2.Prueba de sangre: se hace para medir la cantidad de glucosa en la sangre después de beber una solución de lactosa. Si el cuerpo no puede descomponer la lactosa, la glucosa no se absorbe en el torrente sanguíneo y eso se verá al analizar la sangre.

3.Estudio de heces: se trata de analizar tanto la presencia de lactosa como su acidez respecto a cómo es su pH sin ingestión. La clave está en que la fermentación bacteriana de la lactosa baja el pH, acidificando las heces.

4.Prueba de eliminación: para llevar a cabo esta prueba hay que eliminar los productos lácteos de la dieta durante un período de tiempo para ver si los síntomas desaparecen. Si los síntomas mejoran, es posible que tengas intolerancia a la lactosa.

5.Prueba de provocación: se trata de consumir una cantidad controlada de lactosa para ver si se producen síntomas. Esta prueba se realiza bajo supervisión médica y puede ser peligrosa para las personas con alergia a la leche.

No obstante, hay que tener en cuenta que la malabsorción de lactosa no siempre causa intolerancia a la lactosa; los síntomas dependen de la cantidad y la velocidad a la que la lactosa llega al colon, y de la cantidad y el tipo de flora colónica, según National Library of Medicine.

El desarrollo de los síntomas depende de la cantidad de lactosa que sea necesario ingerir antes de que se sature la lactasa disponible.

Así, la mayoría de las personas con deficiencia primaria de lactasa pueden ingerir hasta 240 ml de leche (12 g de lactosa) sin desarrollar síntomas.

Un truco útil para manejar la situación es dividir la ingesta diaria de leche en varias porciones pequeñas y tomarla junto con otros alimentos. Además, alimentos como el yogur, la cuajada y los quesos se toleran mejor, porque la lactosa es hidrolizada parcialmente por las bacterias durante su preparación y el vaciado gástrico es más lento, ya que estos productos tienen una consistencia más espesa. Otro recurso fácil es mezclar la leche con cereales ya que estos retrasan la entrada de la lactosa en el intestino, permitiendo una mejor absorción.

¿Qué causa la intolerancia a la lactosa?

Pero ¿cuál es la causa de la intolerancia a la lactosa? ¿por qué algunas personas tienen esta dificultad para digerirla? En realidad no se conocen exactamente las causas de la intolerancia a la lactosa, aunque parece que hay un componente genético importante ya que algunas poblaciones o razas toleran mejor la leche que otras.

La intolerancia a la lactosa puede aparecer en los niños, en jóvenes o darse de repente en adultos. También puede existir una intolerancia temporal a la lactosa en niños que pasan de tomar leche materna a leche de vaca o en personas que han tenido una infección intestinal (gastroenteritis), donde la producción de lactasa puede estar reducida de forma temporal.

También es frecuente que se den periodos cortos de intolerancia a la lactosa después de episodios de diarrea infecciosa, que pueden prolongar la enfermedad diarreica. Esto puede conducir a un tratamiento antimicrobiano innecesario y a una evitación injustificada de la leche pensando en una posible intolerancia que en realidad no existe.

Cómo saber si soy intolerante a la lactosa

Tipos de intolerancia a la lactosa

Existen tres tipos de intolerancia a la lactosa, y diferentes factores causan la deficiencia de lactasa subyacente en cada tipo, según MayoClinic. El tipo más común es la intolerancia primaria a la lactosa, que se produce cuando la producción de lactasa disminuye en la edad adulta, lo que hace que los productos lácteos sean difíciles de digerir. Los bebés, que reciben toda su nutrición de la leche, necesitan lactasa, pero a medida que los niños reemplazan la leche por otros alimentos, su producción de lactasa normalmente disminuye, pero suele mantenerse lo suficientemente alta como para digerir la cantidad de productos lácteos presentes en una dieta típica de adultos.

En la intolerancia secundaria a la lactosa, la producción de lactasa disminuye después de una enfermedad, lesión o cirugía que involucra el intestino delgado. Las enfermedades asociadas con la intolerancia secundaria a la lactosa incluyen infección: intestinal, enfermedad celíaca, sobrecrecimiento bacteriano y enfermedad de Crohn.

La intolerancia congénita o el desarrollo de la intolerancia a la lactosa es posible, pero rara. Los bebés pueden nacer con intolerancia a la lactosa causada por una falta de lactasa, que se transmite de generación en generación en un patrón de herencia llamado autosómico recesivo. Los bebés prematuros también pueden tener intolerancia a la lactosa debido a un nivel insuficiente de lactasa.

¿Cuál es la diferencia entre la intolerancia a la lactosa y las alergias a la leche?

La intolerancia a la lactosa no es peligrosa en sí misma, pero puede causar síntomas que afecten a la calidad de vida de las personas que la padecen. Sin embargo, la alergia a la leche es una afección más grave que es potencialmente mortal. Esta alergia se produce cuando el sistema inmunológico reacciona de forma excesiva a las proteínas presentes en la leche.

Los síntomas de la alergia a la leche pueden incluir urticaria, hinchazón, dificultad para respirar, vómitos y diarrea, y en casos graves, puede causar anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal.

No obstante, tener alergia a la leche es algo bastante raro, sobre todo entre los adultos. Lo más frecuente es que los alérgicos sean los bebés y los niños pequeños, pero incluso ellos suelen superar la alergia a la leche con el tiempo.