El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que afecta en España de un 0,3 a un 0,8% de la población menor de 18 años, según datos de laSociedad Española de Neurología (SEN). El conocido cantante Lewis Capaldi tuvo recientemente que parar su gira por una última crisis: "Estoy aprendiendo a adaptarme al impacto del síndrome de Tourette", confesaba el artista.

Sin duda, el diagnóstico de este trastorno neurológico supone un impacto para pacientes y familiares, más aún porque los afectados suelen ser en su gran mayoría niños. "El síndrome de Tourett es un trastorno neurológico que se suele presentar en los primeros años del desarrollo", explica a laSexta.com Laura Palomares, psicóloga y directora del centro Avance Psicólogos en Madrid.

En su desarrollo, se ha observado que "existe una predisposición genética y suele darse con más frecuencia en hombres que en mujeres", añade Palomares. Y se caracteriza fundamentalmente, por la aparición de tics motores de menor a mayor complejidad y de tics verbales que pueden ir de carraspeo o gruñidos a, en el menor de los casos, palabras y frases más complejas que en ocasiones son insultos y por lo tanto socialmente inconvenientes. "Todo ello provoca dificultades en la relación, baja autoestima, ansiedad y a menudo un bajo estado de ánimo".

Normalmente, la edad de inicio de este trastorno neurológico suele ser entre los 5 y 7 años, refiere la SEN. De hecho, "es habitual que los tics tiendan a empeorar entre los 10 y 14 años y que, por el contrario, a partir de los 16 años tiendan a mejorar. Cuando los/as pacientes alcanzan la edad adulta, los tics sólo se mantienen con la misma frecuencia e intensidad en el 5-10% de los casos pero en aproximadamente el 50% de los pacientes, los tics remiten e incluso mejorar en el 40-45% de los casos".

Síntomas del síndrome de Tourette

"Al principio y durante la infancia, en el síndrome de Tourette aparecen tics motores y en ocasiones vocales", explica Palomares. Y estos tics pueden ir desde "guiños, muecas, a movimientos de cabeza, brazos, o pataleo, siendo más o menos notables, hay casos en los que apenas se perciben. Y en ocasiones se acompañan de a un bajo control de la impulsividad y alteraciones de la conducta".

De este modo, tal como indican desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), para que haya realmente un diagnóstico de síndrome de Tourette, tienen que estar presentes los tics antes de los 18 años de edad, pero no todos los tics que se presentan en la infancia son consecuencia de este síndrome.

Esto es, según aclara el Dr. Diego Santos, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, hay que tener en cuenta que los tics son el trastorno del movimiento más común en la infancia y que hasta un 10% de los niños en edad escolar tienen o padecen tics transitorios (menos de 12 meses de duración) y que el 2 y el 4% sufre otro algún trastorno crónico por tics motores o fónicos. Por el contrario, menos del 1% de la población infantil padece este síndrome.

Tics motores

Por tanto y según explica el doctor Santos, para el diagnostico del síndrome de Tourette requiere de la aparición en menores de 18 años, de al menos dos tics motores y un tic vocal mantenidos durante más de un año

"Los tics motores suelen ser el primer síntoma de este trastorno y afectan con mayor preferencia a las áreas de la cara, cuello, hombros, y con menor frecuencia a los brazos o el tronco, siendo los más comunes el cierre de párpados y otros movimientos alrededor de los ojos, en la boca, nariz, cabeza y hombros", añade.

Mientras que -continúa el experto- "en los pacientes o niños con mayor gravedad y/o duración de la enfermedad, los tics adquieren mayor complejidad, y se producen estiramientos de brazos, tocamientos, saltos, retorcimientos y otros movimientos complejos. En ocasiones estos tics están unidos en una secuencia".

Tics fónicos

  • Los tics fónicos tienen un inicio más tardío y los más frecuentes son aclaramiento de garganta, olfateo, tos y/o chirridos simples.

Hay determinados tics o fenómenos que se engloban dentro de los llamados ecofenómenos como la ecopraxia (repetición involuntaria de los movimientos de otra persona) o la ecolalia (repetición involuntaria del lenguaje de otra persona y) que ocurren o aparecen en casi la mitad de los pacientes con síndrome de Tourette.

También es importante señalar que aunque la coprolalia (expresión involuntaria de palabras obscenas o comentarios despectivos) es un síntoma característico del síndrome de Tourette, se presenta sólo en aproximadamente el 10% de los pacientes.

Por último es clave aclarar que, tal como explica el doctor Santos, "los tics asociados a este trastorno pueden ser muy variables entre pacientes, algo que los caracteriza a todos es que son fluctuantes, con periodos de remisión y otros de agravamiento. También es muy característico en la evolución de este síndrome la persistencia de ciertos tics y la aparición y desaparición de nuevos tics".

Que las familias tengan toda la información posible

Para las familias es importante tener en cuenta, señala por su parte la psicóloga Laura Palomares, que todos estos signos pueden generar mucha ansiedad, depresión y baja autoestima, sobre todo a medida que se acercan a la adolescencia.

Por lo que "tener información acerca de lo que les ocurre les ayudará a no culparse ni sentirse responsables. Igualmente, es clave actuar con naturalidad, sin tratar de corregir los tics. Esto ayudará a disminuir la ansiedad y el malestar".

Por supuesto, también será de gran ayuda la terapia psicológica y algunos medicamentos -siempre indicados por un profesional- que "pueden ayudar disminuir los síntomas y reforzar el aprendizaje del control del impulso", concluye la experta.