Desde mayo de 2022 ha comenzado el brote de lo que se ha bautizado como “viruela del mono”. Esta enfermedad es un virus transmitido a los humanos por medio de los animales. Más concretamente, se trata de un tipo de viruela, similar a la erradicada en el pasado en cuanto a síntomas, pero menos grave. Sin embargo, lo que parecía como un virus del que no había que preocuparse poco a poco ha comenzado a expandirse. El brote es tal que la OMS el 23 de julio lo declaró una emergencia de salud internacional.

De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) la forma más fácil de que se transmita esta enfermedad es mediante el contacto directo con zonas o carne de animales infectados. La transmisión entre humanos es más difícil, pero no por ello deja de ser la forma en que se está produciendo ahora. La infección ocurre por entrar en contacto piel-con-piel, con mucosas o líquidos corporales de un infectado. Por ello, puedes infectarte si:

  • Tocas el sarpullido o las costras cutáneas de la viruela
  • Tocas objetos, superficies o ropa que haya tocado un infectado
  • Entras en contacto con secreciones respiratorias

Como la transmisión se hace al estar en estrecho contacto con un infectado, una de las formas más comunes de infección es mediante las relaciones sexuales. Estas pueden ser de cualquier, por ende, no están limitadas a las relaciones homosexuales. Incluso se puede transmitir al abrazar masajear o besar a la pareja.

También es importante tomar en cuenta que las embarazadas pueden transmitir la enfermedad al feto. Esto se debe a que la placenta también se infecta de la viruela. Asimismo, los bebés y niños también pueden experimentar la enfermedad, como ocurrió con el bebé de siete meses infectado en Madrid. En este caso, ocurrió debido a que ambos padres también estaban infectados. A pesar de ser un caso aislado confirma las amplias opciones de transmisión que pueden darse.

La transmisión se puede producir desde el momento en que empiezan los síntomas hasta que las costras hayan sanado completamente. La enfermedad suele prolongarse de dos a cuatro semanas. El problema para la detección del momento de infección es que los síntomas comienzan a aparecer hasta tres semanas después. Pero cuando la persona empieza a tener síntomas parecidos a la gripe, es común que el sarpullido aparezca uno a cuatro días después.

No es una enfermedad nueva, ha estado presente desde los setenta, pero con la erradicación de la viruela en 1980 los brotes habían sido escasos y alejados en el tiempo. Sin embargo, esta enfermedad ha ido cobrando importancia en Europa —y en el mundo— desde mayo, cuando ocurrió el primer caso confirmado en Londres. Ahora hay más de 4.298 casos en España, repartidos en 17 comunidades autónomas y han ocurrido las primeras dos muertes en España —y en Europa en general.