Su caso no tardó en trascender a la prensa y lo que empezó como una casualidad se convirtió en todo un fenómeno. El 'New York Post' publicó su historia y su viralidad le dio otra vuelta de tuerca: apareció David Kellman, un tercer gemelo. El motivo por el que no se conocieron hasta entonces escondía un oscuro secreto.

"Por desgracia hubo cosas que, y no voy a decir más que esto, no estuvieron bien. Estuvieron muy, muy mal", relata Bobby, uno de los tres hermanos, en el documental 'Three identical strangers' (Tres extraños idénticos).

'Hubo cosas que, y no voy a decir más que esto, no estuvieron bien'

Les habían separado al nacer y dado en adopción a familias diferentes. Todo formaba parte de un experimento científico para monitorizar sus vidas y comprobar si, por el mero hecho de ser trillizos, tendrían pautas iguales de comportamiento aunque fueran criados en familias distintas.

Bobby, Eddy y David tardaron en conocer la verdad. "Todo lo que hacíamos juntos era nuevo. Nadar en el océano por primera vez, ir de fiesta por primera vez. Todo era nuevo y divertido. Era excitante", apunta David.

Su popularidad fue creciendo más allá incluso de los medios de comunicación. Madonna les llamó para hacer un cameo en la película 'Buscando a Susan desesperadamente' (1985) y ahora, más de tres décadas después, vuelven al cine de la mano del documental que ha vuelto a poner su caso en el candelero: 'Three identical strangers'.

"Dejamos cosas sin resolver hace 35 años", afirma David para explicar el porqué de este documental. 'Tres extraños idénticos' lleva a la pantalla la historia de estos hermanos separados al nacer en el cruel nombre de la ciencia pero lo hace sin Eddy. Se suicidó hace unos años dejando entrever que el reencuentro con sus hermanos no pudo esconder un experimento que les dejó marcados de por vida.