Así arranca Juan su jornada, antes de ir a trabajar. Padece esquizofrenia paranoide, una enfermedad mental que le diagnosticaron los 18 años. Tras un largo proceso ha conseguido integrarse en el mercado laboral.

Su padre asegura que esto es una meta para él y su familia, "cuando echas la vista atrás, ha subido, mucho la montaña, mucho". Trabaja en un laboratorio farmacéutico, es un centro especial de empleo donde se empaquetan medicamentos.

Al igual que Juan, el resto de empleados sufren un trastorno mental. Alfredo Iglesias, director de 'Manantial Integra Frama', asegura que son personas que gracias a este trabajo se han incorporado "a una vida profesional laboral y social absolutamente normalizada". Juan, trabajador del centro, dice haber avanzado pasito a pasito “te das cuenta que es posible, es posible tener un proyecto de futuro”.

Otros, como Blanca, han conseguido levantar su ánimo y curar los estigmas que le provocaron su enfermedad "a valorarme y sobre todo a tener autoestima". Los trabajos mecánicos, como una cadena de montaje, pueden ser muy positivos, porque les permite mejorar la coordinación de las áreas de su cerebro que han sido dañadas. Esto les libra de la etiqueta de discapacitados y les permite seguir hacia delante paso a paso.