Los líderes europeos prometieron actuar para evitar más muertes en el Mediterráneo: "Les traeremos de los campos de refugiados, en lugar de alentarles a hacer esa travesía peligrosa", declaró David Cameron, exprimer ministro de Reino Unido. La Unión Europea se centró a partir de entonces en frenar el flujo migratorio, pero las ONG piden que los esfuerzos se centren en crear rutas seguras para los que huyen de la guerra.

"Que prioricen las labores de búsqueda y rescate en el mar, faciliten el trabajo de las organizaciones, que faciliten que los refugiados puedan solicitar asilo en los países donde se encuentran en tránsito y que se cumpla con el compromiso de reubicación y reasentamiento de refugiados", ha señalado Mariluz García, portavoz de 'Save the Children'.

Son promesas incumplidas. España se comprometió a acoger a más 17.000 refugiados antes del próximo 26 de septiembre. Solo han llegado 1888, apenas un 10,8% de lo pactado. "Vendrán a España los refugiados que nos pida la Comisión de la Unión Europea. Sin reticencias", declaró la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Por su parte, Mariano Rajoy sijo que "a todas aquellas personas que pidan derecho de asilo y tengan derecho a ello, se les van a atener".

Y mientras en el mediterráneo, continúa la tragedia. Dos años después de aquella imagen de Aylan, más de 500 niños han muerto en el mar y 2.400 personas han perdido la vida intentando llegar a las costas europeas en lo que llevamos de año, es el cementerio de la vergüenza.