Un tribunal de Turquía ha condenado a 108 años de cárcel a un empleado de un campo de refugiados turco por haber abusado sexualmente de niños de entre ocho y doce años, según han comunicado los medios locales. El condenado, un ciudadano turco de 29 años, ha sido considerado culpable de abusar de ocho niños sirios durante, al menos, tres meses.

Los medios han asegurado que existen más casos de abusos, pero que las familias han decidido no denunciar por miedo a ser deportados. Según la agencia 'Dogan', el condenado pagaba a los menores entre 0,7 y 1,7 euros para que no denunciaran los abusos, que se producían en los aseos del campamento, donde trabajaba como empleado de la limpieza.

Estos ataques sucedieron en el campo de Nizip, en el sureste de Turquía y cerca de la frontera con Siria, en el que residen alrededor de 14.000 refugiados. El acusado no ha negado los hechos y ha asegurado que otros trabajadores, e incluso, la dirección del centro, también participaron en los abusos. Por su parte, el diario 'BirGün' ha culpado a la Agencia estatal de Emergencias, que gestiona ese campo de refugiados, de lo sucedido.

Este campo fue visitado en el mes de abril por la canciller alemana, Angela Merkel, como parte de su programa para conocer de primera mano la situación de los refugiados en Turquía, dentro del acuerdo de deportación de emigrantes desde Europa.