"Tenemos edificios muy antiguos, viviendas mal aisladas y calderas muy antiguas que están emitiendo mucho CO2", explica Sandra Barañano, directora técnica de 'Cuida tu casa'.

Las viviendas, comercios e instituciones suponen el 36% de las emisiones contaminantes en la Unión Europea. La combustión en las calderas de gasóleo, de gas natural o incluso las que todavía quedan de carbón contribuyen al calentamiento global y a la mala calidad del aire. Además, el deficiente aislamiento de las casas hace que se subas más la calefacción, pero lo que realmente sube es la factura.

"Tú, para estar en una situación de confort, necesitas consumir mucha calefacción pero además ese calor que se está generando dentro del edificio se pierde muy rápidamente a través de las paredes y los techos”, detalla J. Manuel Rojas, responsable técnico de DANOSA.

El 90% de los edificios en España no están aislados térmicamente, esto supone que la vivienda consume el doble de energía de la que necesita.

"Si rehabilitamos y reformamos lo que es la fachada y la cubierta de un edificio podemos llegar a un ahorro de en torno a unos 1500 euros al año", asegura Sandra.

Existen ayudas públicas que permiten cubrir las fachadas con aislantes con diferentes espesores. Se puede ahorrar al mes entre un 60 y un 70% en la factura de la calefacción si un edificio se protege térmicamente.

Y para contaminar menos, apostar por calderas más eficientes como la biomasa o las placas solares contribuye a emitir menos partículas a la atmósfera.