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belleza natural y arquitectura tradicional en perfecto estado

8 lugares para enamorarte de la Sierra de Francia

En la Sierra de Francia nos enamoramos de su paisaje natural y de sus pueblos serranos, que han conservado su arquitectura tradicional. Te damos las paradas obligadas en las que respirar la esencia de la comarca.

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Frontera natural entre la meseta castellana y Extremadura, la Sierra de Francia despliega todo su encanto entre pliegues abruptos y hermosos valles. Con su belleza sedujo a la Unesco que, junto con la vecina Sierra de Béjar, fue declarada Reserva de la Biosfera en 2006. Es conocida como Sierra de Francia porque durante la Edad Media fue repoblada por gentes llegadas de tierras lejanas.

Además de sus encantos naturales, esta cadena montañosa al sur de la provincia de Salamanca atesora pequeños pueblos que han conservado con mimo su arquitectura tradicional y su patrimonio etnográfico. Sus habitantes se sienten orgullosos del legado heredado.

Para tener una panorámica excepcional de la Sierra de Francia hay que subir hasta el macizo rocoso de la Peña de Francia, a 1.723 metros de altitud, por una estrecha y sinuosa carretera que nos regala impresionantes vista. Una vez arriba, además de dejar que la mirada y la mente vaguen con libertad desde este mirador de Salamanca hay que visitar el santuario dominico en el que mora la Virgen Morena.

La Alberca es el pueblo más visitado y conocido de la comarca y fue el primero que en España fue declarado Conjunto-Histórico Artístico (1940). Además de sus fachadas de postal, casi intactas desde que se construyeron las casas en los siglos XVIII y XIX, hay que detenerse y prestar mucha atención a su Plaza Mayor, visitar la iglesia parroquial del siglo XVIII, el museo de trajes y joyas populares, la casa del Parque y el Centro de Interpretación de los grabados rupestres.

No hay que desviarse mucho para llegar a las Batuecas, un entorno natural formado por intrincados valles y un laberinto montañoso de gran valor ecológico. Es el mejor lugar para una comunión espiritual con la naturaleza o más trascendental. En 1959 fue elegido por una comunidad de carmelitas como lugar de retiro. Se pueden realizar infinidad de excursiones para ver su flora y su fauna pues tiene gran valor medioambiental –declarado Reserva de la Biosfera en 2006 e integrado en la Carta Europea de Turismo Sostenible-; pero también se pueden visitar pinturas rupestres, el monasterio de San José o antiguas ermitas.

Otro ejemplo de arquitectura popular es Mogarraz con sus calles estrechas y de trazado irregular y casas con fachadas con entramados de madera, piedra o adobe; grandes alerones en los tejados y balcones engalanados con coloridos geranios. Los lugares de interés son el Calvario del siglo XVI, la ermita del Humilladero del siglo XIII y su Cruz de los Judíos decorada con calaveras, la fuente Cabolaldea, la iglesia que tiene su torre campanario separada porque se utilizaba con fines defensivos  y la plaza del Ayuntamiento.

Miranda del Castañar es singular por su trama urbana con forma de espina y porque es uno de los recintos fortificados más notables de Salamanca. Su castillo del siglo XV está al abrigo de una muralla con cuatro puertas medievales. Junto a la puerta de San Ginés está la antigua alhóndiga, que ocupa el ayuntamiento, y desde ella se accede a la plaza de armas. Se conservan algunas casas nobiliarias con sus blasones como la del escribano, de los Tejeda o los Ledesmas. La cárcel real, la casa del peso y la torre de las campanas son otros puntos de interés que no hay que perderse de esta villa declarada Conjunto Histórico Artístico en 1973.

Villanueva del Conde consiguió la protección de Conjunto Histórico Artístico el pasado año. Tiene una estructura atípica con casas de entramado típicamente serrano formando una especie de muralla que protege las huertitas. A ningún visitante le pasará inadvertida la pintura mural que decora la fachada de la cooperativa vinícola o la del frontón, ni la plaza del obispo Marijuán con sus soportales en varios niveles que imitan los bancales de los viñedos.

Sequeros también goza de la declaración de Conjunto Histórico-Artístico (2002). La personalidad del que fuera capital administrativa de la Sierra de Francia se la imprimen sus caserones de granito de estilo burgués, sus casas con los elementos ornamentales de puertas y ventanas en hierro forjado y otros como vigas, entramados y dinteles en madera. El edificio más emblemático del pueblo es la iglesia Nuestra Señora de la Asunción con su retablo barroco, pero el teatro del siglo XIX y el Centro de la Palabra León Felipe también merecen atención. No hay que perderse las vistas de la Sierra de Francia desde sus diferentes miradores.

San Martín del Castañar se levanta sobre un poblado romano y de esta época se conserva la estela que encontramos en el atrio de la iglesia románica, declarada monumento histórico-artístico-, la lápida romana que hay junto a la puerta, el puente romano y la calzada. En el trayecto de la iglesia al castillo del siglo XV pasamos por la plaza de toros, antigua plaza de armas en la Edad Media. Las construcciones de la localidad tienen el sabor serrano de la comarca, aunque los blasones que lucen algunas de sus fachadas de órdenes religiosas y familias nobiliarias le otorgan un aire señorial.

Más información:
Diputación de Salamanca
Turismo de la Sierra de Francia

 

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