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Gondar, la antigua capital de Etiopía

Una ciudad imperial al norte de Addis Abeba repleta de castillos amurallados

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Hace siglos, concretamente en los años 1632 y 1855, la ciudad de Gondar fue la espléndida capital de Etiopía. La decisión la tomaron los emperadores de la época, quienes tras grandes periodos llevando una vida nómada –se trasladaban con toda su familia, corte, guardia, artesanos y servicio-, decidieron construir en este punto una pequeña ciudad que les sirviera como asentamiento en las épocas de lluvia. Debido a ello, se decidió construir una ciudadela de estilo medieval cuya construcción duraría décadas. Poco a poco se fueron levantando castillos amurallados, dando así como resultado una ciudad espectacular de piedra. De todos ellos a día de hoy quedan algunos muy bien conservados y ruinas de los restantes, que se pueden visitar y admirar para imaginarse el esplendor que debía desprender la capital hace cuatro siglos, cuando fue fundada por el emperador Alam Sagad o Fasilidas. Gondar está situada al norte de Addis Abeba, aproximadamente a 400 kilómetros y, además de conservar numerosas señas de identidad que recuerdan su pasado imperial, es una ciudad que actúa como centro de cultura y también sabiduría. Todas sus virtudes, las mismas que hacen de ella un destino insólito y digno de descubrir, le valieron que en el año 1979 la UNESCO declarara su ciudadela Patrimonio de la Humanidad. Esta construcción presenta un estilo árabe con influencias indias y también europeas, creando una estética única con gran personalidad. La ubicación de Gondar era en su día estratégica, y hoy se encuentra en la región de Amhara, al norte del lago Tana y cerca de las montañas Simen, a una gran altitud, más de 2.100 metros sobre el nivel del mar. Su fundador, Fasilidas, ordenó construir siete iglesias, decoradas con bellos frescos, además de los baños en los que se bautizan a los creyentes. Los emperadores que lo sucedieron, como Yohannes I, también ordenaron construir sus palacios en Gondar y así, poco a poco, la ciudad se fue completando hasta llegar a albergar a 60.000 habitantes en el siglo XVII. El título de capital se lo retiró el emperador Teodoro II quien, tras ser coronado en 1855, trasladó la capital a Magadala. Uno de los principales atractivos de Gondar es Fasil Ghebi, la ciudadela que está rodeada por una muralla de casi un kilómetro de largo. Dentro de ella se pueden visitar el castillo de mayor altura de todos, el del emperador Iyasu, además del castillo de Fasilides, el primero y el más representativo del estilo arquitectónico y el pasado de la ciudad. También la biblioteca de Tzadich Yohannes, tres iglesias y las cuadras. Es una ciudad repleta de castillos y, saliendo de Fasil Ghebi se puede visitar también el palacio de Guzara, la iglesia de Kuddus Yohannes, los baños de Fasilides, el palacio de Mentuab y el monasterio de Mariam Ghemb, como paradas más destacadas. Muchos de los edificios están en ruinas pero aún desprenden un gran magnetismo que ofrece a los turistas unas vistas sorprendentes y diferentes a lo que, seguro, están acostumbrados a ver. Gondar es una ciudad que pertenece al pasado y se ha mantenido prácticamente congelada en el tiempo sin perder ni un ápice de encanto. Será el destino perfecto para aventureros, familias, exploradores natos y amantes de la historia de este país. Porque Gondar es una ciudad que aún tiene mucho que contar.

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