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España

Fin de semana en Las Hurdes

La comarca más al norte de Extremadura sorprende por la belleza de sus valles y su naturaleza exuberante.

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Pocas regiones españolas son capaces de enamorar como Las Hurdes. Su naturaleza deja boquiabierto a propios y a extraños, gracias a que se mantiene, en gran parte, intacta. De esto tiene buena culpa la falta de conexiones e infraestructuras para hacer de la comarca un lugar más transitado, pero también es cierto que es solo gracias a ello por lo que aun es posible descubrir una zona frondosa y llena de vida. Bañada por cinco ríos que dan nombre a otros tantos valles, el ecosistema reúne pinos, madroñeras centenarias, castaños y olivos. Pero no es lo único que da sustento tanto a los agricultores como a la fauna local, un monte bajo compuesto de brezo, romero y jara ha permitido una cultura apícola que ha convertido a Las Hurdes en uno de los centros de mayor producción de miel y polen de calidad del país. Las rutas más famosas en la comarca son circulares, por lo que no importan tanto dónde se comiencen, sino del tiempo que dispongamos para ir parando en cada pueblo y en cada valle. Podríamos comenzar en el municipio de Las Mestas, para visitar a continuación el valle del río Ladrillar. Sus caminos nos llevarán hasta Riomalo de Arriba, famoso por las fantásticas panorámicas de la comarca que se ven desde sus puntos más altos, incluyendo montañas ya en plena provincia de Salamanca y gran parte del valle del Hurdano. Nuestro camino, que se puede realizar en coche, incluye pueblos como El Robledo, Asegur... Nuestro destino es Nuñomoral, puerta de entrada del valle del río Malvellido. La gran cascada de la Meancera y la alquería de El Gasco son puntos que no hay que perderse, así como echar un vistazo a los campos cuajados de cerezos que, aunque no estemos en el Jerte, bien merecen una parada. De hecho, en los alrededores del pueblo de El Cerezal se encuentra el Valle de los Tejos, declarado Ýrbol Singular de Extremadura. En Nuñomoral llama la atención su iglesia parroquial, de comienzos del siglo XVI y junto a una Casa Consistorial construida con piedra y pizarra negra. Luego tomaremos camino hasta La Huerte, donde podremos grandes vistas del río Hurdano y visitar su Centro de Interpretación de la Artesanía. De allí, a Casares de Las Hurdes, conocida popularmente como el ¡Balcón de Las Hurdes', con miradores como el de Las Estrellas. Será la mejor puesta de sol para despedir nuestra ruta en Las Hurdes.

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