Abierto en Gales
Bounce Below, un parque de toboganes dentro de una mina abandonada
Una antigua mina ha sido reconvertida en todo un parque de atracciones, con toboganes y trampolines a una altura de 180 metros en los que saltar y rebotar.
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Aún no lleva un año abierto pero ya se ha convertido en una de las atracciones más surrealistas y divertidas de Gales. Se trata del Bounce Below, uno de los parques de juegos más delirante y atípico del mundo, ya que, para empezar, no se encuentra al aire libre; pero, además, es que está dentro de una mina.
El que espere en su interior un parque temático inspirado en la fiebre del oro se llevará un gran chasco. Pero le durará solo unos minutos, pues dentro la diversión está asegurada, en tanto que toda la mina ha sido acondicionada de modo que cuenta con toda una infraestructura de toboganes, trampolines y redes en las que es posible resbalar, rebotar, saltar... como si fuéramos niños.
El autor de este proyecto es Sean Taylor, que ya tiene experiencia a la hora de acondicionar y crear espacios mágicos para deportes de riesgo y convertirlos en toda una experiencia segura y familiar. De hecho, él es el responsable del Zip World Titan, también en Reino Unido, y que se trata de la tirolina más larga del mundo. El Bounce Below, de hecho, tiene el trampolín más largo del planeta, suspendido en el aire como el resto, a una altura del suelo que llega a los 180 metros. ¡No apto para personas con vértigo!
Al llegar al parque, se toma un tren que nos conduce a través de la montaña hasta la primera de las plataformas. Ante nosotros, una serie de escaleras, toboganes y redes de salto se presentan ante nosotros, ansiosas para que nos tiremos en ellas. Obviamente, la estrella es el récord mundial, el trampolín de 60 metros, pero el resto son igual de divertidos.
La escenografía juega también un papel importante. La antigua mina de pizarra ha sido forrada con luces de colores, fluorescentes negros, púrpuras y verdes que consiguen efectos lumínicos futuristas y que dan a las actividades un aire de ciencia ficción que recuerda, en algunos puntos, a los de películas como ‘Tron’.
Excavada hace 175 años, la galería principal de la mina tiene unas dimensiones gigantescas. De hecho, como explican desde el propio parque, “es dos veces el tamaño de la Catedral de San Pablo de Londres”.
Este verano, concretamente el 4 de julio, cumplirá un año de vida. Lo hace inaugurando una nueva sección en la mina dedicada en exclusiva a los más pequeños, para que puedan divertirse sin ningún riesgo (actualmente, la edad mínima para la zona general es de 7 años, así como un peso que no supere los 120 kg.; y los menores deben ir siempre acompañados de un adulto).
Dentro de la cueva hay una temperatura más o menos constante de 8 ºC, por lo que se recomienda llevar ropa cómoda pero que abrigue. Es obligatorio recogerse el pelo, en el caso de tener melena, y no se pueden llevar joyas, relojes ni accesorios (bufandas...). Faldas tampoco están recomendadas, pero no prohibidas. No se puede acceder si se está embarazada o si se sufre de claustrofobia, epilepsia o cardiopatías graves.
La entrada está a la venta a partir de las 20 libras (27 € aprox.) y es recomendable realizar una reserva previa a través de la web del parque, para evitar así encontrarnos que el recinto está lleno.
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