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Trattorias, pizzerías, cafés, pubs...

El Trastevere, el barrio más bohemio de Roma

Visita el barrio del Trastevere y siéntete como si estuvieses en la Roma de hace muchos años. Déjate cautivar por su encanto.

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Roma es una ciudad que, aunque puede visitarse a pie, tiene muchísimas cosas por ver. Y una de las obligatorias, de las que no pueden faltar en tu itinerario, es el barrio del Trastevere. Un barrio capaz de atrapar no solo a los turistas sino también a los propios romanos. La mayor actividad del barrio se sitúa en los alrededores de la Basílica de Santa María di Trastevere, que se encuentra en una plaza con el mismo nombre. Allí también hay una gran fuente en el centro y alrededor te encuentras con terrazas que sirven para sentarse a descansar o a tomar un refresco.

Pero aunque la vida del Trastevere –o la mayor parte de ella– se concentre en esta plaza, lo cierto es que el mayor atractivo de esta bonita y tranquila zona de Roma es pasear sin rumbo. Sus calles son estrechas y empedradas. Los edificios tienen sus fachadas pintadas de colores. Las enredaderas y las macetas con flores decoran las calles. Y las iglesias medievales hacen todavía más interesante el paseo. Si durante el recorrido te entra hambre, debes saber que en el Trastevere hay muchísimos restaurantes entre los que elegir antes de sentarte a comer. Algunos sirven comida tradicional y otros, en cambio, son más innovadores. Así que no te preocupes, porque hay restaurantes al gusto de todos.

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Además, mientras callejeas y te dejas cautivar por el encanto de este barrio bohemio te sorprenderás al encontrarte con algunas tiendas artesanales en las que venden objetos peculiares. Lo mejor que puedes hacer es entrar en algunas de ellas y, si más no, echarle un ojo a todo lo que haya expuesto. Después tendrás tiempo de seguir caminando sin rumbo por esta zona que te hace ver de primera mano cómo vivían los romanos hace años. Y es que el hecho de que el barrio se sitúe a una de las orillas del río Tíber hizo que los edificios no se remodelasen. Por supuesto, sus vecinos tampoco quisieron modernizarse en exceso.

Así que gracias a ello el Trastevere tiene ese aire bohemio del que hablábamos antes. Allí se respira paz y tranquilidad y todo lo que hay a tu alrededor desprende encanto.

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