MALTA
Una inmersión inolvidable entre barcos y aviones de la Segunda Guerra Mundial
La isla de Malta se ha convertido en el paraíso del Mediterráneo para los que quieren bucear entre pecios. Desde el HMS Maori, un destructor hundido en 1942, a aviones bombarderos del ejército británico, sus aguas permiten una experiencia única a 40 m. de profundidad.
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El atractivo de Malta no se ciñe a lo que podemos ver sobre los 316 kilómetros cuadrados que ocupa este pequeño país del sur de Europa, sino también a lo que ocultan sus fondos marinos. Si en las islas principales no faltan atractivos históricos y culturales, fruto de una historia milenaria y, sobre todo, del paso de decenas de pueblos que conquistaron e hicieron suya como colonia el lugar, a pocos metros de sus playas, en un Mediterráneo no excesivamente profundo, encontramos lo que ya se ha calificado como 'paraíso del buceo entre pecios'. Y todo por la gran cantidad de 'tesoros' hundidos como hay en los alrededores.
De hecho, la práctica del buceo alrededor de pecios en Malta se ha convertido ya en uno de los principales atractivos del archipiélago. Cada año son miles los amantes y aficionados a este deporte que eligen al país como destino de inmersión. Así, descubren un buen número de barcos y aviones hundidos, la gran mayoría durante la Segunda Guerra Mundial.
De esta época es uno de los pecios más destacables: el HMS Maori, que se encuentra en las aguas de la bahía de St. Elmo, justo debajo de la capital, La Valletta. Es el más famoso de la isla y se trata de un antiguo destructor hundido durante un bombardeo en 1942, tras años de glorioso servicio, como el importante papel que jugó en la Batalla de Noruega o en las incursiones por los alrededores de Feroe en 1940. Hoy se halla sobre un fondo de arena a 14 metros de profundidad y no es difícil observar casquillos de obús originales con la fecha inscrita.
Otros pecios malteses muy interesantes son el Bristol Beaufighter, un avión bombardero británico derribado en 1943 que reposa a 42 metros de profundidad al sudeste de la isla y que es muy visitado por buceadores técnicos. Este pecio se encuentra en bastante buen estado, pues conserva sus dos motores, el asiento del piloto y las alas, cubiertos de coral blando y esponjas. También hay que sumar a la lista Le Polynesien, un barco de pasajeros del siglo XIX hundido por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. Es uno de los barcos hundidos más grandes de los que hay bajo aguas del país y es por ello que muchos lo consideran "el Titanic maltés". En su interior aun se conservan muchos enseres y piezas de la época.
En la isla mediterránea se pueden encontrar también numerosos pecios hundidos recientemente por las autoridades locales tras exhaustivos tratamientos de limpieza y adecuación. El objetivo de estos hundimientos no es otro que crear arrecifes artificiales y lugares de buceo atractivos para los aficionados y profesionales de esta práctica deportiva.
Uno de estos pecios es el Um el Faroud, un carguero libio con capacidad para 10.000 toneladas de carga que fue hundido muy cerca de la pequeña bahía de Wied Iz-Zurrieq en 1998 (una placa sobre el barco conmemoró la explosión que tuvo lugar instantes después de descubrirla). También el Imperial Eagle, a 500 metros de la costa de Qwara Point, es un pecio muy demandado por los submarinistas, ya que se encuentra al final de un pequeño valle submarino 'protegido' por la figura de un Cristo; o el P-29, un patrullero de origen alemán que fue hundido en 2007 y que se encuentra en Cirkewwa. Su interior ha sido preparado de modo que permite al buzo acceder fácilmente a las salas de motores y máquinas.
Sin duda, una inmersión que no se olvidará nunca por la carga de historia y la oportunidad de acercarse a una postal diferente del fondo marino del Mediterráneo.
Más información:
Turismo de Malta
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