El MWC 2015 en doce pinceladas

- Las curvas no importan si van a algún sitio. Nadie quiere dar vueltas porque sí, pero a veces para coger un atajo hay que andar un poco más. Samsung lo descubrió para mal con el Note 4 Edge y ahora para bien con el Galaxy S6 Edge, el teléfono que más ha llamado la atención del Mobile World Congress ¿Lo mejor? Que ni por esas ha conseguido eclipsar al Galaxy S6 corriente.

- No es lo único que ha cambiado en Samsung. En su presentación se vieron ganas de hacer las cosas de forma diferente. Hace unos años tocaron fondo con el evento del Galaxy S4, que fue una suerte de esperpento machista y ridículo. En Barcelona subieron dos mujeres al escenario a hablar de su terminal más importante a la fecha. Sin bailes, sin 'selfies' y sin darse importancia por ello.

- ¿Cómo no se van a filtrar los dispositivos si en el momento en que se muestran por primera vez hay una decena de medios que publica sus primeras impresiones? Los embargos son los padres y los blogs estadounidenses más potentes, los niños ricos que no tienen que esperar a Navidad para jugar a GTA V.

- HTC tiene un gran teléfono con -aparentemente- unos grandísimos problemas en forma de cámara. Lo peor es que esta compañía no se puede permitir rebajar el precio, porque el móvil cuesta lo que tiene que costar para no arruinarse.

- La buena noticia es que HTC puede ser quien mejor haya entendido cómo hay que hacer lo de la realidad virtual. Su alianza con Valve ha creado un producto que quienes han podido probar aseguran que es revolucionario. La duda es si revolucionará como lo hizo el iPod o si se quedará en otro Google +.

- Hablando de revoluciones, servidor solo vio a un pardillo con Google Glass. El gran triunfador entre los asistentes fue el palo de los selfies. La tecnología se ha vuelto loca y desde aquí estamos muy a favor de ello.

- Sony ha decidido tomarse unas pequeñas vacaciones móviles y finalmente no hubo Xperia Z4 como tal. Sí llegó un gama media sumergible, M4 Aqua, que demuestra que cada vez son más las compañías que se dan cuenta que el mercado también quiere terminales asequibles.

- Microsoft se dio cuenta de esto cuando se llamaba Nokia y era una compañía finlandesa que no tenía nada que ver con Washington. Los nuevos Lumia (640 y 640 XL) son más de lo mismo y nosotros, tan felices. Eso sí, queremos ver algo nuevo en la gama alta, que el 1020 ya apesta a 2013, cuando aún éramos campeones del Mundo.

- Las tabletas ya no tienen apenas protagonismo, al menos en esta feria. Están allí, pero nadie les presta atención. Son como esa broma que antes hacía mucha gracia y que ya aburre. Sony aún se atrevió a lanzar otro de estos Harlem Shake, Xperia Z4 Tablet y es de lo mejor que se ha visto hasta la fecha. La duda es si al mercado le importa.

- Si hablamos de tendencias, hay una muy clara: cosas bonitas. Da igual si fabricas un móvil, un reloj o un pelapatatas; si no te gustaría que te viesen con él en la mano, a tu público tampoco.

- Esto ha hecho que ahora los relojes parezcan relojes y las pulseras, pulseras. Parece que los días de pantallas cuadradas en la muñeca han dado paso a la tecnología invisible que de repente se hace muy visible. Tienen que ser como un jugador de la cantera del Madrid: en principio no llaman la atención, pero cuando lo hacen ya todo el mundo habla de ellos. Da igual si es en un partido de Copa -bueno, ya no- contra el Mirandés o al asomar por la muñeca al pedir la cuenta. LG y Huawei han sido los principales exponentes...

- ... Al menos, hasta que llegue Apple. El Mobile cerró y todo lo visto ya es viejo. Queremos más.