La moda de la doble cámara en el móvil, que cada marca usa de forma distinta

HTC anunció, a principios de 2014, el primer smartphone de comercialización masiva con una doble cámara trasera. Anteriormente ya lo había hecho, pero con el único propósito del 3D, esfuerzo que cayó en saco roto para HTC y para la industria entera.

Aquella vez, con el One M8, el objetivo era otro: lograr efectos de profundidad de campo imposibles de lograr con una sola cámara. Traducido, significa que se podían lograr fotos con un fondo muy desenfocado que acentuase al protagonista de la imagen, el ansiado “efecto réflex”. El problema es que los bordes siempre quedaban demasiado imperfectos.

Más tarde, Amazon subió el listón presentando el Fire Phone, un teléfono con tres cámaras frontales. Una barbaridad que no tenía aplicaciones para el usuario más allá de un modo 3D de escasa utilidad.

Por lo demás, demasiado foco en comprar productos de Amazon de la forma más rápida posible. Claves que dejaron relegado al olvido a este terminal.

Últimamente hemos visto a más fabricantes volver a la carga. Es el caso de LG, que con el G5 ha recuperado la doble cámara para un uso totalmente distinto, y más ingenioso y práctico que los vistos anteriormente: un sensor es el habitual mientras que el otro aumenta el campo de visibilidad hasta los 135 grados.

Así, con esta segunda cámara trasera es posible capturar muchísimo más paisaje que con la tradicional. Útil para fotos en grupo con muchas personas, o para las ocasiones en las que queremos fotografiar algo grande en su totalidad pero no tenemos mucho espacio para alejarnos de él (o simplemente estamos vagos para caminar).

Más reciente aún es el Huawei P9, inteligentemente asociado con Leica para acuñar sus cámaras, ya que también tiene dos en su parte trasera.

El sensor secundario es monocromo, con una doble función: o bien captar fotografías en blanco y negro con una calidad superior a la que obtendríamos aplicando un simple filtro, o bien ayudar al sensor principal a detectar profundidades de campo y crear el antes mencionado “efecto réflex” desenfocando los fondos.

Nuevamente, mismo problema: bordes imprecisos, imperfectos.

¿Y mañana? Ya han comenzado los rumores del futuro iPhone 7, y algunos apuntan a una doble cámara trasera como las vistas hasta ahora.

Llegue o no, la doble cámara parece una buena apuesta en la carrera eterna de los fabricantes por personalizar más sus terminales y diferenciarse de una competencia que cada vez aprieta más. La fotografía vende muy bien en un móvil como para no prestarle atención a las oportunidades que puedan llegar a través de ella.

¿Será el turno también para selfies con “efecto réflex”?