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EL GÉNERO BINARIO, TAMBIÉN CUESTIONADO EN LOS ‘GADGETS’

Por qué el mundo necesita una voz neutra, ni de chico ni de chica, para la era de los asistentes virtuales

El proyecto Q pretende que asistentes como Alexa o Cortana tengan una voz con la que se identifiquen personas trans y no binarias. Sus responsables defienden que la tecnología ha de seguir el camino de aquellas personas que no se identifican con lo masculino ni con lo femenino.

Alexa, la asistente digital de Amazon

Alexa, la asistente digital de Amazon Stockcatalog

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Reaccionamos mejor ante la voz femenina de un asistente virtual (Alexa, Siri, Bixby, Cortana…) que ante una masculina, según una investigación al respecto. La polémica está servida en una época en la que los movimientos feministas están en auge y se cuestionan las identidades de género y orientaciones sexuales tradicionales. A ello se suma el estereotipo de una mujer como asistenta, servil y atenta a los deseos varoniles.

Pero, ¿qué pensarán de este estudio las personas que se consideran de género no binario? Para ellas y para otras muchas personas, hay una iniciativa que sirve para que el mundo tecnológico se cuestione lo masculino y femenino. Más en concreto, en los asistentes virtuales.

Las personas que participaron en la elaboración de la voz no quieren que se categorice a la gente por su voz
Las personas que participaron en la elaboración de la voz no quieren que se categorice a la gente por su voz | Pexels

Un proyecto, liderado por el Orgullo de Copenhague y la agencia creativa Virtue, quiere contribuir al debate sobre los géneros. El objetivo es encontrar una voz digital sin género para aquellas personas que no se identifiquen con las identidades tradicionales También, para las personas trans. El objetivo es presionar a la industria tecnológica para que implanten Q y similares en sus productos, como Siri, Alexa y compañía.

 

Para llevar a cabo esta experiencia, primero crearon una voz, llamada Q, con voces reales: en concreto, más de una veintena (entre las que había de personas trans y no binarias), que leyeron varias oraciones predeterminadas. La idea era obtener algún tipo de media con ellas, pero el experimento no resultó.

Tras ello, el diseñador de sonido Nis Nørgaard empezó a crear una voz entre lo masculino y lo femenino. Al parecer, entre los 145 y los 175 hercios de frecuencia, una voz se percibe como más neutra. Creó cuatro ejemplos que sus compañeros enviaron a 4500 personas de toda Europa. Estas las catalogaron como neutras o no y ayudaron así para engendrar a Q.

El resultado final se puede escuchar en YouTube y en la web Genderlessvoice.com. Tras ponernos los auriculares (recomendación del equipo) oímos a Q, que se nos presenta en inglés y nos explica su utilidad. Si la escuchamos a través de la web, en el centro tenemos una burbuja que podemos mover arriba o abajo para cambiar la frecuencia y comprobar cómo cambia la apariencia.

 

Cuando la grabación termina en la web, aparece un mensaje para invitar a Apple, Amazon, Google y Microsoft a que implementen Q en sus productos con asistente de voz. Para ello, nos invitan a publicar un mensaje en nuestros perfiles de Facebook, LinkedIn y Twitter.

Además del Orgullo de Copenhague y de Virtue, en el proyecto colaboran Equal AI (una organización que busca la igualdad también en el campo de la inteligencia artificial), el estudio creativo Koalition Interactive y el estudio de sonido danés Thirty Sounds Good.

Perpetuar estereotipos

En su página web, el equipo detrás de Q explica que desarrollaron este proyecto porque, aunque las compañías eligen hacer tecnología con género porque creen que será más cómodo para las personas, “esto refuerza una percepción binaria contra la que muchos han luchado duro para avanzar”.

“A medida que la sociedad continúa rompiendo el género binario reconociendo a aquellas personas que no se identifican como hombres ni mujeres, debería seguirlos la tecnología que creamos”, continúa el texto.

Por otra parte, Julie Carpenter, una colaboradora de Q e investigadora en un grupo universitario sobre ética y ciencias emergentes, ha resaltado que “llamar a una asistente Alexa, que suena a femenino, puede ser problemático para algunas personas, porque refuerza ese estereotipo de que las mujeres ayudan y apoyan a la gente en el trabajo”.

A pesar de lo atractivo e ilusionante del proyecto, sus participantes son cautos y creen que costará hacer el cambio. Ask Stig Kistvad, un hombre trans que colaboró con su voz, opinaba que no veía una opción predeterminada como Q en cinco años. “Estaría genial, pero para mí sería como una utopía, no sé siquiera si es realista”.

Pegg, el otro intento de generar una voz con género neutro

En 2018 ya hubo otros intentos de crear asistentes con una voz de género neutro. Kriti Sharma, una londinense considerada por ‘Forbes’ una de las menores de 30 años más influyentes de Europa, pensaba que era “peligroso” que los pequeños crecieran en un mundo en el que pudieran estar aprendiendo a “gritar órdenes a un asistente con voz femenina”.

Por ello, Sharma desarrolló un chatbot, llamado Pegg, para una empresa de finanzas corporativas en la que trabajaba. “Pegg se enorgullece de ser un bot y no finge ser humano”, contaba la joven. Según cuenta, cuando hizo la propuesta encontró una gran acogida entre sus compañeros.

Kriti Sharma
Kriti Sharma | ITU Pictures | Flickr

En las sesiones de grabación de Q, algunas de las personas participantes contaban que esperaban que la gente no asumiera nunca más el género basándose en la voz. También, hacían críticas al uso de esta: “Es algo más que una caja en la que clicar”, se dice en un momento del vídeo. “Espero que las cosas se muevan a un mundo sin género”, decía otra de estas personas. Lo que han propuesto es una forma de abrir el debate.

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