DE QUÉ DEPENDE VIVIR MÁS O MENOS TIEMPO

¿Por qué los hombres viven menos que las mujeres?

Existen varios factores que condicionan la esperanza de vida tanto de hombres como de mujeres. ¿Cuáles son?

A pesar de que la calidad de vida ha ido mejorando en los últimos años, por regla general los hombres no viven tanto como las mujeres. Por ejemplo, la esperanza de vida al nacer en cualquier parte del mundo de una mujer es de 75 años. En cambio, la de un hombre llega hasta los 71.

En el caso de España también existen estas diferencias. En 2020, según datos del Banco Mundial, la esperanza de vida al nacer de una mujer española era de 85 años; sin embargo, la de un hombre era de 80. ¿A qué se debe?

Para responder a esa pregunta, los científicos apelan a varios factores que pueden determinar por qué las mujeres suelen vivir más que los hombres. Porque en algunos países más desarrollados estas diferencias son menores entre ambos géneros, pero en otras naciones pueden llegar a los 22 años más de esperanza de vida las féminas que los varones.

Factores que influyen en la esperanza de vida

La esperanza de vida al nacer es el número promedio de años que se espera que viva un recién nacido. Para calcularlo se aplican las tasas de mortalidad de cuando nace dicho ser humano, aunque eventos como un conflicto bélico o una pandemia pueden modificar significativamente este índice.

Desde la Universidad de Medicina Clínica y Preventiva de Bratislava, en Eslovaquia, realizaron un estudiopara intentar descifrar por qué los niveles de esperanza de vida son distintos en hombres y mujeres, y obtuvieron varios factores que podrían ser los responsables.

Entre las principales causas, Emil Ginter y Vlado Simko apelan a los factores hormonales y genéticos como influyentes en la esperanza de vida. Sin embargo, también nombran otras características ambientales o socioeconómicas:

Factores biológicos: las mujeres tienden a convertir el alimento en tejido adiposo blanco o grasa que se encuentra debajo de la piel. Mientras, los hombres transforman las calorías en músculo y lípidos circulantes como el colesterol "malo". Además, las mujeres suelen tener más colesterol "bueno".
Enfermedad y mortalidad cardiovasculares: los hombres entre 0 y 64 años tienen tasas más altas de mortalidad por enfermedad cardiovascular, aunque esta diferencia se está recortando desde 1980, según el trabajo eslovaco. De cara al futuro, los investigadores sostienen que, en cuanto a enfermedades cardiovasculares, en países con un sistema sanitario bueno estas brechas de género pueden disminuir hasta los dos años (de mayor esperanza de vida femenina) e incluso desparecer para 2050.
Endocrinología: en este factor, los autores destacan las acciones de los estrógenos sobre los vasos sanguíneos, ya que estos los protegen aumentando su dilatación y reduciendo el desarrollo de aterosclerosis. Sin embargo, por otro lado también nombran que los niveles de estrógenos tienen niveles similares en hombres y mujeres posmenopáusicas, por lo que aún no está claro el papel real que realizan estas hormonas sexuales.
Biología molecular: Ginter y Simko nombran, en primer lugar, la pérdida del cromosoma Yen los hombres con el paso del tiempo, por lo que puede indicar una tasa más alta de mortalidad. Aunque los autores también citan a los telómeros, unas secuencias del ADN que, si se presentan más cortos, pueden estar implicados en con daños en el ADN y el envejecimiento humano. Se ha confirmado que los hombres tienen estos telómeros más cortos que las mujeres cuando tienen la misma edad. Esto implicaría que, para una misma edad cronológica, los hombres tendrían un envejecimiento más avanzado que las féminas.
Factores ambientales y otros: puede que estos marcadores no genéticos sean más influyentes en la esperanza de vida que los anteriormente descritos, sostienen los investigadores. Algunos de ellos son el consumo de alcohol y fumar, "así como la mayor exposición a sustancias cancerígenas relacionadas con profesiones típicamente masculinas", comentan. Por otro lado, los hombres son más propensos a sufrir alcoholismo y trastorno de personalidad antisocial. Además, explican que las personas con enfermedades mentales graves mueren antes que el resto de la población y que el estrés también reduce la esperanza de vida.