SALUD MENTAL Y POLUCIÓN

La exposición a la contaminación influye en la depresión de los adolescentes

Un estudio de la Universidad de Denver ha hallado la relación entre la presencia de ozono en el ambiente y los jóvenes con síntomas de depresión.

Adolescente triste

Adolescente tristeiStock

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Normalmente se habla de la contaminación como la culpable de ciertas enfermedades o patologías físicas; e incluso se producen muertes asociadas con ella. Sin embargo, la polución también influye en la salud mental, al menos en la de los adolescentes, tal y como ha demostrado un estudio de la Universidad de Denver y publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología.

En concreto, la investigación determina que la exposición al ozono proveniente de la contaminación del aire "se ha relacionado con un aumento de los síntomas depresivos en los adolescentes a lo largo del tiempo", escriben desde la asociaciónAPA.

El ozono es un gas que se produce cuando otros elementos contaminantes, como los gases de los tubos de escape o las centrales eléctricas reaccionan a la luz solar, explican. Los niveles altos de este compuesto se han relacionado con molestias como asma, virus respiratorio y muerte prematura por afecciones respiratorias, según la APA.

Por eso es novedoso el enfoque de la investigaciónactual, que se centra en el efecto del ozono en la salud mental. Concretamente lo relaciona con el desarrollo de síntomas de depresión en adolescentes, que pueden incluir sentimientos como tristeza o desesperanza, así como "dificultad para concentrarse, trastornos del sueño y pensamientos suicidas".

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la Universidad de Denver analizaron datos de la Agencia de Protección Ambiental y, además, tomaron datos de salud mental a adolescentes. En tres encuestas con cuatro años de diferencia lograron juntar a 213 jóvenes en la primera y 125 también respondieron en la segunda.

El nivel de ozono afecta a la salud mental indiscriminadamente

Como conclusiones, los investigadores obtuvieron que los adolescentes que vivían en áreas con niveles de ozono relativamente más altos mostraron, con el tiempo, síntomas depresivos. Todo ello ocurrió a pesar de que "los niveles de ozono en sus vecindarios no excedían los estándares de calidad del aire".

"Esto realmente subraya el hecho de que incluso los niveles bajos de exposición al ozono tienen efectos potencialmente dañinos", señaló Erica Manczak, principal autora del estudio. Asimismo, las conclusiones fueron comunes y no había diferencia por sexo, edad, raza, ingresos familiares o las características socioeconómicas de los participantes.

Los adolescentes son un grupo poblacional que suele pasar mucho tiempo al aire libre, por lo que el efecto de la exposición al ozono es significativa para ellos. Según la investigación, los síntomas relacionados con este gas eran más de retraimiento y depresión que de ansiedad.

Qué se puede hacer al respecto

Manczak es muy clara a la hora de hablar de una posible solución respecto a su estudio: "Creo que los estándares de calidad del aire estatales y federales deberían ser más estrictos, y deberíamos tener regulaciones más estrictas sobre las industrias que contribuyen a la contaminación".

Asimismo, la APA señala que las poblaciones también deberían considerar métodos para reducir la exposición al ozono, así como invertir en energías limpias y renovables.

Sin embargo, el estudio de Manczak y sus colegas también tenía varias limitaciones, como la muestra relativamente pequeña, la extracción de datos en California, en una zona de Estados Unidos muy concreta, y el desconocimiento sobre cuánto tiempo pasaban los participantes en la calle.

Por ello, afirman que "no se puede probar que los niveles de ozono provocaron un aumento de los síntomas depresivos, solo que existe un vínculo entre ellos".

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