OLOR CORPORAL

Dime lo que comes y te diré cómo hueles: el olor corporal también varía en función de nuestra dieta

Sí, hueles a lo que comes y saberlo no debería ser un tabú. Te explicamos por qué sucede y qué comer para que nos guste nuestro olor.

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Cada persona tiene un olor único, que está determinado por muchas variables. Algunas son internas, como las hormonas y la flora bacteriana, y otras, externas, como la humedad, la temperatura y nuestra higiene. Hay otra que no solemos tener en cuenta, y es nuestra alimentación.

El olor propio es muy particular y no debe llamar nuestra atención, salvo alguna irregularidad hormonal o infección que lo haga más ácido, por ejemplo. Para esos casos tomar agua, cuando estamos haciendo ejercicios o sudamos mucho, ayuda a diluir ese olor en el sudor; al igual que fijarnos qué alimentos estamos consumiendo y cuales están propiciando a un mal olor en nuestro cuerpo

Hay comidas que se reflejan en nuestro olor corporal, debido a que tienen determinadas sustancias químicas que se pasan a la sangre. De ahí, se excretan de una forma u otra al exterior, y una de las maneras más comunes es a través del sudor.

Es el caso del ajo, que no solo nos deja mal aliento. Tiene una gran concentración de azufre, que no se acumula en el cuerpo, sino que tiene que salir de alguna manera. Sucede lo mismo con la carne, los espárragos e incluso determinadas especias. En general, el consumo alto de carbohidratos también produce un sudor más fuerte. Por contra, una dieta rica en frutas y verduras está asociada a un olor corporal más agradable.

Otro alimento que genera un mal olor corporal son los lácteos. Las grasas y el azufre generan mal aliento, además de flatulencias y estreñimiento. Así mismo el azúcar refinado. Después de tomar un refresco o comer muchos dulces o pasteles, las bacterias comienzan a consumir los azúcares que están en la boca y esto genera como producto gases que causan el mal aliento.

Y aunque resulte difícil de creer, las especias y hierbas aromáticas también incorporan su olor a nuestro cuerpo, sin embargo, resulta muy intenso al sudarlo con el paso del día. Por último, el olor del café y del alcohol también se impregnan fácilmente en nuestro aliento.

Además de la comida, también influye lo que bebemos. Es importante mantenerse hidratados, ya que de esta manera liberamos más toxinas a través del hígado y los riñones que no se expulsarán a través de los poros.

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