ESTUDIO CIENTÍFICO

Avance en el tratamiento de la depresión: administrar ketamina

Interactúa directamente con el sistema opioide del cerebro, pero tiene un posible efecto secundario…

Mujer con depresión posparto

Mujer con depresión pospartoiStock

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A nivel global, 280 millones de personas sufren de depresión, según datos de la Organización Mundial de la Salud… Las cifras podrían duplicarse si tenemos en cuenta que se diagnostica apenas al 50% de los casos. Y eso solo son las que han sido diagnosticadas. De ahí la necesidad de encontrar tratamientos personalizados y efectivos. Uno de ellos podría llegar desde un lugar inesperado.

La ketamina es un fármaco utilizado como anestésico en humanos y animales, además de tener propiedades disociativas y potencial alucinógeno. Pero también es un antidepresivo altamente eficaz y de acción rápida, que funciona incluso en pacientes que no han respondido a otros medicamentos. Sin embargo, hasta ahora no se habían determinado los mecanismos cerebrales importantes para estos rápidos efectos del tratamiento.

Ahora, un equipo de científicos del King's College de Londres, especializados en la ketamina como tratamiento para algunas personas con depresión, han descubierto que los efectos antidepresivos del fármaco involucran el sistema opioide del cerebro. El estudio, publicado en Nature Medicine, incluyó a 26 personas con diagnóstico clínico de depresión que recibieron una infusión de ketamina a dosis baja en dos sesiones de neuroimagen.

Antes de recibir la infusión de ketamina, en una sesión se les administró naltrexona, que bloquea los receptores opioides en el cerebro, y en la otra, un placebo.

Los participantes fueron controlados durante la terapia mediante un escáner cerebral con un método llamado espectroscopia de resonancia magnética (ERM). La ERM midió los cambios dinámicos en una sustancia química cerebral llamada glutamato.

Los síntomas depresivos se evaluaron mediante la Escala de Depresión de Montgomery-Åsberg (MADRS), evaluada por médicos, 24 horas después de la infusión, momento en que los síntomas antidepresivos de la ketamina alcanzan su punto máximo.

Descubrieron que el bloqueo del sistema opioide redujo tanto la respuesta glutamatérgica cerebral como los efectos antidepresivos observados al día siguiente, lo que sugiere que el sistema opioide desempeña un papel clave en la mediación de la respuesta antidepresiva.

El estudio también identificó un efecto relacionado con el sexo de los voluntarios: el efecto de la naltrexona sobre la actividad glutamatérgica fue más pronunciado en hombres con depresión que en mujeres con depresión.

Esta comprensión de cómo funciona la ketamina en diferentes personas es esencial para personalizar los tratamientos.

"La ketamina suele aparecer en las noticias por motivos negativos – explica Luke Jelen, líder del estudio, en un comunicado -. Sin embargo, en dosis bajas, la ketamina muestra un enorme potencial para aliviar los síntomas de la depresión".

Comprender si el sistema opioide está involucrado en los efectos antidepresivos de la ketamina es una cuestión crucial, dado lo mucho que aún desconocemos sobre su funcionamiento.

Este estudio demuestra que el sistema opioide está involucrado y ofrece información sobre cómo contribuye a los efectos de la ketamina. El equipo de Jelen destaca que la ketamina no está clasificada como opioide y no se une a receptores opioides con alta afinidad como la morfina o la heroína. En cambio, los hallazgos apuntan a una interacción dinámica entre los sistemas glutamatérgico y opioide, que podrían colaborar para potenciar los rápidos efectos antidepresivos de la ketamina.

Los opiáceos pueden aliviar los síntomas de la depresión, pero son altamente adictivos. Comprender si el sistema opioide está involucrado en los efectos de la ketamina y cómo lo está es importante para comprender su eficacia y desarrollar nuevos tratamientos alternativos.

La ketamina en dosis bajas se utiliza actualmente para tratar la depresión en clínicas privadas y en un pequeño número de clínicas del Sistema Nacional de Salud Estadounidense (NHS). En dosis más altas, también se utiliza en anestesia medicinal. Sin embargo, también se usa con fines recreativos y, si se abusa de ella, puede causar graves problemas de salud, incluyendo daños irreversibles en la vejiga y los riñones.

"El cerebro es diferente... – concluye Mitul Mehta, coautor del estudio -. Los sistemas neuroquímicos trabajan en conjunto para generar nuestras experiencias y comportamientos, por lo que no sorprende que el sistema opiáceo pueda influir en el efecto antidepresivo de la ketamina. Necesitamos este tipo de estudios para comprender con exactitud cuáles son los mecanismos cerebrales clave para los efectos antidepresivos. Comprender mejor cómo funciona la ketamina puede permitir personalizar el tratamiento para cada persona, lo cual es vital para crear tratamientos seguros y eficaces".

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