ALERTA CLIMÁTICA

El calor extremo, nuevo enemigo de la salud mental según un estudio

Las olas de calor están dejando huella más allá del termómetro. Un nuevo estudio revela su efecto en la salud mental

Termómetro a altas temperaturas

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Las olas de calorya no son solo una amenaza para la salud física, sino también para el bienestar mental. Así lo advierte un reciente estudio de la Universidad de Adelaida, publicado en Nature Climate Change, que pone el foco en los efectos psicológicos del calor extremo, un aspecto hasta ahora poco considerado. En el contexto del cambio climático, este nuevo enfoque adquiere especial relevancia para países como España, donde la frecuencia e intensidad de las olas de calor no deja de aumentar.

Según los investigadores, la exposición continuada a temperaturas elevadas contribuye a un deterioro de la salud mental que se traduce en la pérdida de años de vida saludable. En el caso de Australia, el estudio estima que entre 2003 y 2018 se perdieron más de 8.400 años por trastornos mentales asociados al calor. Aunque el análisis parte de datos australianos, sus conclusiones pueden aplicarse a otras regiones con características similares, como el sur de Europa y, en particular, España.

Los estudios proyectan un gran aumento de muertes por el calor
Los estudios proyectan un gran aumento de muertes por el calor | Sinc

Comunidades autónomas como Andalucía, Extremadura y la Comunidad Valenciana se presentan como especialmente vulnerables debido a su clima cálido y seco. Sin embargo, el informe también advierte que zonas tradicionalmente más templadas podrían verse afectadas, ya que no están preparadas para hacer frente a episodios de calor extremo. Esta situación anticipa un aumento significativo en la demanda de atención en salud mental en todo el país.

El estudio revela un dato especialmente alarmante: por cada grado de aumento en la temperatura media diaria, se incrementan en un 1,3 % las visitas a urgencias por pensamientos suicidas entre adolescentes. Esta cifra pone de manifiesto que el impacto del calor sobre la salud mental es real y cuantificable, especialmente entre los grupos más vulnerables de la población.

Ante este escenario, los expertos piden una revisión de las alertas sanitarias por altas temperaturas. Consideran que estas no deben limitarse a prevenir golpes de calor o deshidratación, sino que también deben incluir medidas específicas para proteger la salud mental. De no hacerlo, advierten, las consecuencias psicológicas de las olas de calor podrían agravarse con el tiempo.

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