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QUÉ PUEDES DIFUNDIR EN VÍDEO Y QUÉ NO

Todo lo que Twitter te prohíbe que emitas en streaming con Periscope

El servicio de Twitter ha llegado un poco por sorpresa y justo cuando el que parece que será su principal rival, Meerkat, comenzaba a despuntar. Aún quedan unos meses hasta que tu padre haga un periscope de su día a día en la oficina, pero ya hay dudas.

Aplicación Periscope para vídeos en streaming

Aplicación Periscope para vídeos en streaming App Store

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Periscope es la aplicación de Twitter para transmitir vídeo en streaming —por el momento, solo disponible en iOS— todavía tiene que demostrar que sirve para algo más que ver cómo unos pocos muestran detalles de su día a día. Sin embargo, la compañía ya se ha cubierto las espaldas y deja claro qué se puede hacer con Periscope.

Lo primero y más importante es lo de siempre: el usuario es responsable de lo que hace, tal y como se explica en los Términos de servicio. Sí, la aplicación da pie a usos fraudulentos, pero no es su finalidad y Twitter no se va a responsabilizar por ello. Además, recuerdan que el contenido podrá ser visto por otros usuarios, servicios y webs, así que “solo deberías proporcionar el contenido que te sientas cómodo compartiendo con otros”. Que luego vienen los lamentos.

Este contenido, claro, también es responsabilidad del usuario. Y ojo, que da igual que se transmita de forma privada o pública. Twitter podrá monitorizarlo (aunque no es su obligación; una fórmula con la que se lavan las manos de cara a un posible mal uso).

¿Y qué hay de lo que encontrarás en Periscope? Para bien o para mal, esto es internet, así que al usar el servicio “podrías ser expuesto a contenido que podría ser ofensivo, dañino, inexacto o engañoso de cualquier otra forma”. Vamos, que no te creas todo lo que ves.

La gracia de esta herramienta, según la propia firma, está en conectar con una persona y lugar en un momento. Al depender tanto de la inmediatez, se fomenta la participación “sin filtros”, pero esto no quiere decir que valga todo: no está permitido el contenido pornográfico (o “abiertamente sexual”), la violencia ni lo que incite a ella o a cometer actos ilegales o peligrosos, el spam (afortunadamente), información privada de una persona o el engaño. Eso sí, se harán excepciones en lo que respecta al contenido sensible cuando tenga valor artístico, educativo, científico o noticioso.

El material con derechos de autor está protegido por la DMCA y, aunque Twitter no lo eliminará de oficio (porque, en principio, no se dedicará a vigilar qué hace cada usuario), si recibe una demanda sí actuará y eliminará las cuentas que infrinjan el copyright en varias ocasiones.

Ahora bien, también hay una serie de derechos. Los usuarios conservan sus derechos sobre lo que suben a Periscope... con una excepción, claro: Twitter se guarda una licencia mundial, no exclusiva y libre de royalties para utilizar, copiar, reproducir, adaptar, modificar, publicar, distribuir (en cualquier medio habido y por haber) y hasta empanar y servir con acompañamiento de patatas o ensalada si hiciera falta. El contenido es tuyo, sí, pero a la red social no le vengas con remilgos y exigencias.

Todo esto también permite a Twitter proporcionar los periscopes a otras compañías, organizaciones o individuos para que lo reproduzcan en sus medios. Básicamente, lo que se guarda la empresa en este caso es el derecho a permitir que otros embeban lo que están retransmitiendo sus usuarios, como ya hacen con los tuits. Por supuesto, sin compensación económica, que estamos en los tiempos del pago con visibilidad.

Esta licencia se firma simplemente con publicar contenido en Periscope y no hay nada que el usuario pueda hacer para revocarla. Un poco como lo que ocurre con Facebook, por mucho que copies en tu muro el texto redactado por un leguleyo con ínfulas. Y si no te gusta, vete a Quitter.

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