“Yo no me puedo ir a trabajar. Ojalá pudiera trabajar. Yo estoy 24 horas con ella. Lo sufres tú, lo va a sufrir ella, lo sufren los hijos”, nos contaba Ricardo hace un año.
Volvemos a visitarle a él y a su familia y descubrimos que su situación ha empeorado: siguen sin la ayuda a cuidadores pero ahora además, a Ricardo se le acaba la renta mínima de inserción. Si la situación no cambia, los cuatro miembros de la familia tendrán que vivir con la pensión de Ana.

“Ella necesita mucha rehabilitación. Entre eso, medicamentos e historias es que se te va. Ese dinero no es para disfrute, eso es para ellos, para darle un poco de calidad de vida”, denuncia Ricardo.

Pese a las dificultades, Ricardo sigue decidido a ser fuerte por todos: “Ellos necesitan positividad y ver que todo vaya a bien. Cuando Las cosas empiecen a ir mal, pues ya veremos. Intentaremos llevarlo lo mejor posible y ya está.”

Virginia Tovar vive dramas como el de Ricardo y su familia todos los días. Es trabajadora social y visita a dependientes para valorar su necesidad de ayudas. La primera vez que hablamos con ella estalló de frustración ante las cámaras: “El 90% de mi tiempo lo dedico a reclamaciones, recursos, quejas… Hago mucho de muro de contención de angustias. Trabajo, trabajo y trabajo y no consigo lo que la gente quiere  y necesita. Entonces, tuve un cambio de perspectiva y pensé: merece la pena porque la gente necesita que alguien les escuche y que les explique y que les entienda. Y que les diga que, efectivamente, les están pisando los derechos.”

Hoy, sigue pensando lo mismo. Para ella la recuperación económica que anuncia el Gobierno no ha llegado a los enfermos.  “En lo que respecta a mi trabajo diario que es ley de  dependencia, las cosas han ido a peor, porque todos los expedientes que han solicitado ley de independencia algún tipo de ayuda desde el año 2011 están paralizados.”
“Es que nos damos golpes en el pecho con que somos un país moderno y democrático y a mí me indigna, me produce mucha rabia”. “Hay gente que viene y me dicen: ‘¿Para qué pedirlo, Virginia, si no me lo van a dar?’  Y yo les digo: ‘Si no hay demanda, no hay problema’", lamenta Virginia.