Nadie quiere ser de la clase obrera. Lo hemos comprobado en laSexta Columna haciendo una breve encuesta en la calle: la mayoría de la gente se considera de clase media aunque el único placer que se puede permitir sea disfrutar al aire libre. "Me considero clase media porque soy sola y puedo comer. Aunque no me llegue, puedo comer y sentarme en el parque que es lo único que me queda", responde una mujer a laSexta.

El sociólogo César Rendueles es bastante crítico con esta clase de afirmaciones: "En una sociedad tan competitiva, tan individualista donde los ideales igualitarios han perdido peso, ese proyecto del sálvese quien pueda, de yo miro por lo mío, es muy goloso, es muy fácil de vender para todo el mundo, el que está arriba y el que está abajo. Llamar a eso clase media es muy eficaz", sostiene en el vídeo principal de esta información.

La meritocracia ya no sirve a la clase obrera

En los años 80, más del 25% de los trabajadores españoles se dedicaba al sector industrial. La meritocracia parecía funcionar, hasta que llegaron los 90 y la reconversión industrial que se llevó las fábricas a otros países. Un ejemplo de esto esta la fábrica de Zumosol en Palma del Río, Córdoba, que llegó a ser la más puntera de Europa, pero en la que ahora "solo se escuchan los palomos", como señala Fernando Trujillo, uno de sus trabajadores.