Hay una cosa que la tele no ha logrado: trasladarnos las fragancias que esconden sus imágenes. Aunque con este vídeo, casi mejor. Elvira sabe a qué huelen las cosas que no huelen en pantalla: ha vivido durante años en Rubí, Barcelona, junto a un vertedero que no ha parado de crecer hasta hacerse demasiado grande. "Empezaron en los 90, y eso cada vez iba a más hasta que aquello era descomunal. Salían las gaviotas, picaban en las bolsas, los residuos mal tratados...", ha contado en laSexta Columna.

Es el estado del vertedero de Can Carreras, que incluso ya clausurado sigue generando problemas a los vecinos. "Molestias de explosiones, olores que no se van", ha relatado Elvira. Ese olor que no se va amenaza con multiplicarse muy cerca, dentro del mismo Rubí. La Generalitat de Cataluña ha decidido que una antigua mina de arcilla albergue un nuevo vertedero donde llegará basura de toda la zona, también de Barcelona.

"Según la empresa no va a haber problema porque los residuos los van a traer secos, no desprenderán olores", ha explicado Montse Rousse, portavoz de la Plataforma Rubí Sense Abocadors, que ha añadido: "Nos toman por tontos". Se trata de un movimiento llevado a cabo por los vecinos de la zona que lleva años peleando contra los basureros. "Llevamos más de 25 años quejándonos de que se autorizan cerca de la población. Las casas están a 250 metros", ha denunciado Rousse.

Ellos han luchado en la calle, y se rebelan contra esa tendencia que inunda su ciudad de basura y contra otros molestos protagonistas que se cuelan hasta en nuestras grabaciones, como el ruido de los camiones que pasan continuamente. Porque Rubí, aparte de los vertederos, tiene también una escombrera. Y en la ciudad, ni siquiera las zonas escolares escapan del ruido y el polvo. En Rubí, con tres vertederos quieren dejar de ser uno de los basureros de España.