El atentado de Zaragoza detuvo las conversaciones de Argel. Después llegó el pacto de Ajuria Enea: todos los partidos, incluyendo al Partido Nacionalista Vasco, pero sin Herri Batasuna, se unieron para rechazar a la banda terrorista.

Con aquel pacto en vigor, ETA anunció una tregua, e inmediatamente después se reanudaron unas conversaciones de Argel. Unas conversaciones que al presidente de Gobierno no le entusiasmaban.

Rafael Vera, exsecretario de Estado para la Seguridad, asegura que Felipe González "no era muy partidario nunca" en lo que las negociaciones se refiere. Finalmente, se sentaron en la mesa con los terrioristas.

Al otro lado de la mesa estaba Eugenio Etxebeste 'Antxón', acompañado de dos pistoleros con muchos muertos a sus espaldas: Ignacio Arakama Mendía 'Makario' y Belén González Peñalva 'Carmen'.

Vera asegura que se trataba de un encuentro "frío" y "tenso". "No era una cosa agradable ni mucho menos. Al revés: a mí me costaba mucho estar ahí sentado y no tirarme al cuello del tipo que tenía enfrente", confiesa.

Rafael Vera recuerda las primeras palabras de los etarras. "Empezamos a hablar y lo primero que me dicen es: 'Tenga cuidado, porque cuando vuelva usted a Madrid lo mismo le matan en un atentado'. Era una amenaza directa, sin matices, te estaban amenazando directamente. No se me ocurrió otra cosa que decirle 'pues esto es que entra dentro de mi sueldo, qué quiere que le diga'", asegura.