Pedro es el dueño de un chiringuito a orillas del Mar Menor. Sin embargo, este verano, lejos de alcanzar el 'nirvana estival' espera una temporada en la que sentarse a comer después de darse un baño no será posible: el Mar Menor a la orillo del chiringuito de Pedro forma una línea de espuma que espanta a bañistas.

"A nadie le apetece bañarse con peces muertos", reconoce el hostelero, que asegura que "hay gente que vendrá, vera el estado de la playa y se irá". "La gente ya no viene un mes porque tienes una casa en la playa y no te puedes bañar, tienes que coger el coche e irte a otro sitio", explica. Por eso, cree que el chiringuito dejará de ser rentable y lo cerrará por las mañanas: "Solo abrirá por las tardes para cenas y poco más no hay gente en la playa la gente no se baña no vas a ver sombrillas". Un hecho que conlleva menos contratos y menos compras... en definitiva, frena la economía de la zona. Lo cuenta en el vídeo principal de esta noticia.

Las 'zonas de sacrificio' ambiental de las que se nutre el capitalismo se vuelven en su contra

El Mar Menor es una de las 'zonas de sacrificio' ambiental de las que precisa el capitalismo para poder subsistir. Sin embargo, mientras unas empresas se aprovechan de esta situación, otras, sobre todo del sector turístico, se ven ahogadas por ella.En este vídeo, laSexta Columna analiza esta contradicción: