Tras declarar la guerra, el gobierno de Netanyahu convoca a más de 350.000 reservistas de su ejército. laSexta Columna ha podido hablar con uno de ellos, al que el ejército israelí ha designado como portavoz. El capitán Roni Kaplan reconoce que el ataque les pilló por sorpresa: "Era un escenario que potencialmente se podría llegar a generar, pero el asesinato de 1400 personas acribillando e incinerando era algo que realmente no esperábamos hasta tal punto", afirma. "Tomar rehenes es un crimen de lesa humanidad y Hamás es responsable por todos y cada uno de ellos frente a la comunidad internacional", explica Kaplan en el vídeo sobre estas líneas.
Respecto a si Israel está vulnerando el derecho internacional al cortar el agua y la electricidad en la franja de Gaza, así como impidiendo la llegada de alimentos y medicinas, el militar asegura rotundo que "no, porque nosotros le hemos solicitado a los civiles en el norte de la franja de Gaza que se evacuen hacia la zona del sur". "Israel en ese sentido no tiene obligación de dar medios a territorios enemigos, ni electricidad, ni agua. Hacemos todo lo que está dentro de nuestras posibilidades para maximizar el daño a los terroristas en la franja de Gaza y minimizar el daño a civiles, contra los cuales no tenemos absolutamente nada", sentencia.
Mientras tanto, el propio presidente israelí ni siquiera distingue entre Hamás y el resto de palestinos. Sin embargo, según los protocolos de Ginebra, las partes de un conflicto deben hacer distinción entre la población civil y los combatientes. "Al colocar infraestructura militar en el corazón de la población civil en Gaza como en casas residenciales, escuelas y mezquitas en negocios es admisible dirigir ataques contra estos sitios, ya que han perjudicado su naturaleza civil y se convierte en un objetivo militar legítimo", comenta Kaplan.
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