Ocho años después de la emisión de '23F - Operación Palace', el falso documental de Jordi Évole en laSexta sobre el intento de golpe de Estado recordamos qué contaron para que muchos de los espectadores dudaran de la historia de España. Porque, ¿realmente sabemos lo que pasó en el intento de golpe de Estado de 1981? ¿Cuáles fueron las mentiras de este falso documental? Desgranamos una a una las mentiras de una mentira:

Los protagonistas del golpe de Estado

El equipo de Salvados hizo creer que semanas antes de llevar a cabo el intento de golpe de Estado, varios miembros del Gobierno se reunieron en la habitación 302 del Hotel Palace. Estos personajes eran los siguientes: Adolfo Suárez, Manuel Gutiérrez Mellado (quien tuvo la idea del falso golpe) y Federico Mayor Oreja, del Gobierno; Felipe González, Alfonso Guerra y otros socialistas; Santiago Carrillo, del Partido Comunista; Manuel Fraga y Jorge Verstrynge, de Alianza Popular; Eduard Bosch, representando a Minoría Catalana; Koldo Satrústegui, del parlamento vasco; Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa Real y Antonio Miguel Albajara, subdirector de operaciones del CESID.

Pero esta reunión nunca tuvo lugar. Las figuras que participaron en la construcción del golpe fueron Alfonso Armada, quien planificó la operación; Jaime Milans del Bosch, quien controló todas las operaciones golpistas; Antonio Tejero, quien ejecutó el golpe, y José Luis Cortina, quién creó un ambiente propicio para la acción mediante el uso de medios de comunicación.

El papel de Estados Unidos el 23F

En el documental se puede ver cómo los protagonistas del golpe optan por poner al corriente de la operación a Estados Unidos. Para ello, cuentan con un testigo clave, William Parker, exagente de la CIA. En el falso documental, es él quién explica que el presidente Reagan "siempre estuvo al corriente" de lo que España iba a presenciar y según Parker, Estados Unidos acordó mantenerse al margen, a cambio de que España ingresará en la OTAN. Así lo contaban en 'Operación Palace':

Realmente no se conoce cuál fue el papel de Washington en el golpe del 23 de febrero, ya que los documentos siguen censurados. No obstante, se puede decir que Parker no existió ni Estados Unidos puso a España en esa tesitura.

¿Tomaron los militares la sede de RTVE?

Iñaki Gabilondo, quien en ese momento era el director de informativos de RTVE, cuenta que Radio Televisión Española no fue tomada por los militares. Explica que en un sitio con tantas cámaras y tantos medios para reflejar lo sucedido, era imposible que nadie hubiera grabado nada.

Pero no, esto tampoco es así. RTVE sí que fue tomada por los militares. Llegaron en seis tanquetas, cuatro camiones y jeeps y se plantaron durante una hora en Prado del Rey mientras que en la radio se escuchaban marchas militares.

El discurso del rey Juan Carlos sobre el 23F

En el falso documental se cuenta que el discurso del rey Juan Carlos fue grabado seis días antes del día clave, pero este discurso se grabó a la vez que se enviaba este mensaje a las autoridades militares el mismo 23F. El jefe de Estado decidió que llegara tanto por radio como por televisión. Aproximadamente a las diez de la noche, al conocerse que las fuerzas se habían retirado de Prado del Rey, se solicitó a TVE que enviase un equipo de grabación a la Zarzuela. A las 00:30 del día 24, salió de Zarzuela para Prado del Rey el vídeo con la grabación como informaba el diario 'El País' el 24 de febrero.

Los tanques que llegaron a Valencia

En el falso documental, Ramón Samper, excoronel del Ejército relata que solo había "seis tanques" y que "para aparentar que había más, hacían pasar los mismos tanques por las cámaras". Sin embargo, las crónicas de la época afirmaban que hubo 40 tanques que ocuparon Valencia.

La marcha de Suárez del Gobierno

La forma en la que Suárez abandona la presidencia que cuenta el falso documental tampoco fue la real. Operación Palace relata que es un gesto que hace a favor de España y por la democracia, siendo la primera víctima del intento golpista. Esto llegaba tras una falsa reunión convocada por González y Guerra en la que veían necesaria la celebración de una investidura de presidente para la actuación de los militares en el Congreso.

Pero esta versión de la dimisión de Suárez no se sustenta ni en las formas ni en los tiempos, ya que desde finales de 1980 el Gobierno de la UCD y el propio Suárez estaban desgastados. Tanto los socialistas, como un creciente sector de la UCD, estaban dispuestos a acabar con Suárez, cuyo liderazgo aparecía arruinado desde la moción de censura y el compromiso con los barones de su partido.