Son muchas las personas que no acaban de entender que, tras 20 años de intervención de EEUU y occidente en Afganistán, este operativo no haya servido de nada ante el rápido avance de los talibanes en el territorio. Por desgracia, la historia de este país está marcada por la sangre y un sinfín de guerras que a día de hoy han acabado por resquebrajar un territorio que lleva mucho tiempo pidiendo ayuda. La ubicación geográfica no ayuda precisamente, tal y como ha analizado el periodista Luis Sanabria en Más Vale Tarde.

Afganistán es un país con 652.000 kilómetros cuadrados y con una población de 30 millones de personas repartidas en 34 provincias. Se encuentra entre Irán y Pakistán, y no tiene salida al Mar Arábigo. Precisamente, por su posición geopolítica se ha convertido en un teatro bélico durante muchos años de la historia mundial. En 1979, la Unión Soviética invadió Afganistán. EEUU, para contrarrestar la presencia de la URSS, apoya y rearma a los talibanes. En 1989, los rusos abandonan el país, y en 1996 los talibanes toman Kabul y cambian el nombre del país: Emirato Islámico de Afganistán.

Es en ese momento cuando se instaura por primera vez la Sharia, que supone una ruptura completa con los derechos humanos, especialmente los de las mujeres. Pero ¿qué motiva el inicio de la guerra? En marzo de 2001, los talibanes usaron explosivos para destruir las dos estatuas gigantes de los budas de Bāmiyān. En polvo se convierten 1.500 años de historia. Poco después, vino una de las mayores tragedias de occidente: los atentados de las torres gemelas que acabaron con la vida de 3.000 personas. George Bush prometió venganza.

Tras este suceso, Bin Laden se convirtió en el objetivo número 1 de Estados Unidos con la operación 'Libertad Duradera'. EEUU, junto a Reino Unido y una coalición de países de la OTAN, entre los que se encuentra España, inicia los ataques contra Afganistán. Los americanos se embarca así en una de sus guerras más largas, si bien ha resultado ser un fracaso estrepitoso: el balance final de este conflicto son 100.000 muertos afganos, más de 6.000 norteamericanos muertos.

La guerra empezó en 2001, pero hasta 2011 no consigue uno de sus objetivos: detener y matar a Osama Bin Laden. El asesinato del líder yihadista no cambió nada las cosas. Las tropas norteamericanas siguieron en Afganistán después de la presidencia de Donald Trump, que fue el presidente que acordó la salida de los soldados de EEUU del país afganos. Biden ha respetado los acuerdos que firmó Trump con los talibanes en Doha, pero una imagen evidencia que las cosas para el actual presidente de EEUU no están yendo del todo bien. En el vídeo, esa fotografía.