Durante su reinado, rara vez vimos a Isabel II sin su bolso. Un inseparable complemento que llevó incluso en su última aparición pública, cuando recibió hace unos días a la nueva primera ministra, Liz Truss, en su residencia de Balmoral. Sin embargo, existe una explicación a por qué la difunta soberanajamás se separaba de su bolso: según explica en Más Vale Tarde Patrycia Centeno, experta en comunicación política no verbal, la reina lo utilizaba para enviar mensajes en clave a su equipo.
"Actuaba como código de aviso", resume la experta, que detalla que, dependiendo de dónde y cómo lo colocara, el bolso tenía diferentes interpretaciones para sus asesores y personal más cercano. Bolsos, detalla la especialista, de los que tenía unos 200, todos del mismo modelo y a un precio de unos 2.000 euros cada uno.
¿Cómo funcionaba ese código secreto? Centeno explica que, si cambiaba el bolso de brazo a mitad de una conversación, estaba indicando que quería que esta acabara; si lo dejaba sobre la mesa, significaba que el acto o la reunión había concluido; y si lo posaba en el suelo,era una "señal de auxilio a sus ayudantes para que la sacaran de apuros".
En el vídeo puedes recordar además los objetos que llevaba la monarca en su sempiterno bolso y el análisis completo de Centeno, en el que asimismo aborda la trascendencia de los sombreros de la reina y sus característicos conjuntos de vivos colores.
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