En el Puerto de Pinos encontramos las 900 hectáreas de la discordia. Porque cuando preguntamos a los vecinos a quién pertenece, si a León o a Asturias, se desata el conflicto.

Los mapas sitúan estos prados en Castilla y León, dentro de los márgenes del municipio de San Emiliano, pero ese dibujo comenzó a diluirse hace casi 90 años cuando pasó a manos del ayuntamiento asturiano de Mieres, que los compró en una subasta en 1925 para tener pastos para los ganaderos.

Sin embargo, existía una cláusula. Su anterior propietario, un acaudalado mecenas, garantizó los derechos de los campesinos leoneses. Con el paso de los años, el ambiente de cooperación inicial ha desaparecido. Los ganaderos de San Emiliano denuncian la colonización de los asturianos.

Y desde el otro lado, acusan a los leoneses de hacer un uso abusivo de los pastos. Con el conflicto enquistado y varias denuncias vecinales, esta reserva de la Biosfera parece no encontrar su remanso de paz.