Miguel Bosé vuelve a situarse en el centro de la polémica con un discurso más negacionista que nunca. Acompañado del conocido comerciante de MMS Josep Pàmies, el cantante ha protagonizado un discurso en Lleida para hablar sobre el COVID-19.

El acto fue convocado por la asociación dirigida por Pàmies y en él todos los asistentes obviaron la distancia social y el uso de mascarillas. De hecho, se pudieron ver numerosos abrazos sin ningún tipo de medida de seguridad.

Allí, Bosé, que fue recibido con un caluroso aplauso, mostró algunas de sus preocupaciones. "Están como locos por vacunar a los adolescentes, a los niños. Eso tiene que pasar por encima de nuestros cadáveres. Los niños no se tocan", espetaba entre aplausos.

El artista no dudó en mostrarse muy crítico con aquellos que defienden la existencia del coronavirus. En un alegato contra el mundo aseveró: "No nos protegen, no quieren nuestro bien. Están intentando en este momento matarnos".

"¿Queréis guerra? Vamos a cantar guerra", advierte. Además, asegura que su animadversión frente a las vacunas viene de lejos: "Yo nunca he sido provacunas, esto es de siempre. Tenemos que dejar de llamarlo vacuna. Lo que nos está inmunizando es un transgénico, no se sabe lo que va a provocar".

Así, Bosé también cargó de forma directa contra el Gobierno: "Puede decir el Estado que los niños son del Estado. Pueden decir lo que les dé la gana, pero mis hijos son mis hijos y de Sánchez o de la Calvo no tienen genética". Y acusó a los medios de ridiculizarle: "La percepción que tienen los de la prensa es que me han derrotado, me han ridiculizado, pero aquí sigo".

"No es que sea un conspiranoico. No es que esté pa' allá. No es que las drogas me hayan afectado un montón. Esto es el bucle en una lucha entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal", zanjó.

A pesar de que el acto fue privado, fue retransmitido por streaming y se pudo ver a Pàmies rociar a los asistentes con MMS, el presunto medicamento que defiende y que está prohibido en España por sus graves efectos adversos. Allí, el agricultor aseguró que había farmacéuticos que ya le habían ofrecido su laboratorio para hacer antídotos homeopáticos de las cuatro vacunas: Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen.