1.30 de la mañana. Base aérea de Torrejón de Ardoz. El príncipe y algunos empresarios asturianos habían embarcado en un Boing-310 de las Fuerzas Aéreas rumbo a Sao Paulo. Allí les esperaba el expresidente Lula Da Silva y otras autoridades para hacer negocio, pero pasada la madrugada tuvieron que abandonar el avión por una avería en un sensor.
"El problema ha sido en el sensor que despliega los flaps, es un sensor por proximidad y hasta que no hay una comunicación por ambas partes del sensor los flaps no se extraen o no se retraen", explica un experto.
El avión, que se compró en Francia hace 31 años, no podía despegar. Cuatro horas después, los técnicos tuvieron que recurrir a un plan b. A 37 kilómetros de la base aérea de Torrejón, en el aeródromo de Getafe se encontraba un Airbus gemelo al primero. Es el único de este modelo, junto al averiado, que está autorizado para trasladar al príncipe y a las autoridades. Pero este tampoco podía volar porque se encontraba en plena revisión.
Pasaron entonces a un plan c, trasladar la pieza que fallaba desde Getafe hasta Torrejón. Los mecánicos, técnicos e ingenieros trabajaron toda la madrugada para instalar la pieza del avión que debía salir rumbo a Brasil, pero todos los esfuerzos fueron inútiles. Según Casa Real, la pieza necesitaba un calibrado exacto.
Tras siete horas intentándolo y después de recurrir a un plan a, b y c; el avión no pudo salir y la Marca España no pudo llegar a Brasil.